17 de agosto del año 1998. María del Carmen López acude como cada día a la inmobiliaria San Martín, con sede en Logroño. Ella tiene 26 años y en su cabeza no para de darle vueltas a los preparativos de su boda que tendrá lugar pocos meses después. Pero el trabajo es lo primero y ese mismo día tiene una cita a las ocho y media de la tarde con uno de sus clientes. Estaba interesado en visitar uno de los pisos en venta. Puntual, María del Carmen se encontró con él y entraron juntos en el domicilio.

Ambos recorrieron varias zonas del piso hasta que Francisco Javier Almeida, que así se llamaba este hombre, la empujó sobre la cama. Fue en ese momento cuando le dio varios pinchazos a la mujer, causándole un total de 17 heridas, todas superficiales a excepción de una de ellas que le seccionó las glándulas tiroideas y la tráquea que le provocó la muerte. Luego le quitó la ropa interior para forzarla sexualmente. Dos años después fue juzgado y aunque en un primer momento declaró su inocencia, finalmente cambió su declaración y asumió su culpabilidad en el asesinato.

La Audiencia Provincial de Logroño condenó en abril del año 2000 al detenido a 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y a otro de 10 años por agresión sexual con ensañamiento. Además ya había sido condenado en julio de 1993 por un delito de agresión sexual a una pena de siete años de prisión. Ya tenía serios antecedentes y estaba previsto que Francisco Javier Almeida saliera a la calle dentro de dos años.

Jueves 14 de octubre de este mismo año. Lardero, un pequeño pueblo de 10.000 habitantes de La Rioja que limita con la capital, Logroño. En el parque varios niños juegan al fútbol cuando la pelota se desvía hacia uno de los portales. Una pequeña de siete años se acerca a por ella y en ese momento se encuentra con este individuo, con Francisco Javier Almeida, en libertad condicional desde abril de 2020.

Dos semanas después se volvió a producir un mismo episodio en la zona. Era el 25 de octubre cuando una mujer presentó una denuncia apuntando la posibilidad de que un hombre había tratado de raptar a su hija. Sin embargo la descripción no coincidía con la de Francisco Javier Almeida.

Lo cierto es que tres días después, Álex, un pequeño de nueve años iba con su peluca, disfrazado y muy dispuesto para la fiesta de Halloween. La mala fortuna hizo que se encontrara con Almeida que lo confundió con una niña. Después de engañarle se lo llevó a su casa donde presuntamente lo asfixió hasta matarlo.

Los vecinos de la zona lo catalogan como un "psicópata de libro". Muchos de ellos ya sospechaban cuando a la salida del colegio se le veía todos los días vigilando a los niños asomado a su ventana. Todos estaban en alerta debido a su extraño comportamiento.

Por eso cuando se presentó la Guardia Civil y se confirmó la noticia cientos de vecinos se agolparon frente al portal donde vivía el presunto asesino. Allí esperaron a que los agentes le sacaran de su domicilio para esperarle e increparle antes de que le trasladaran al cuartel.

Finalmente las sospechas de los vecinos se convirtieron en una realidad trágica que ha conmocionado al pueblo de Lardero y a toda la sociedad española.