Qué tal, ¿cómo estás? España se convierte en el séptimo país del mundo (de casi 200) en legislar la eutanasia junto a Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Colombia, Canadá y Nueva Zelanda.

Una ley que entrará en vigor en el plazo de tres meses una vez publicada en el BOE, y que se convierte en una nueva prestación del Sistema Nacional de Salud.

Hay quien ve en esto una vitoria. A mi personalmente me parece un auténtico fracaso. Porque el hecho de contar con una ley que garantiza el derecho a la muerte sin tener desarrollados unos cuidados paliativos accesibles a todos, es no respetar la voluntad de tantas personas que quieren apostar por la vida hasta el final.

Caminar hacia una cultura de la muerte en una sociedad que lucha aún contra un virus que se ha

llevado por delante miles de vidas…. Es muy injusto. Pensar, por ejemplo, en lo que ocurre en otros países que tienen legalizada la eutanasia, con los abuelos que por cierto, tanto han sufrido esta pandemia. Lo que pasa es que no se atreven a ir al médico para evitar precisamente que acaben con su vida…

Y es que tendrán acceso a la Eutanasia todas aquellas personas que sufran una enfermedad grave e incurable, o un padecimiento crónico que les imposibilite llevar una vida normal…. Y ojo, porque el campo es muy amplio

La pregunta es: ¿qué pasa con la cultura de la vida? ¿Por qué no hablamos de vida digna cuando la medicina es curar y cuidar? ¿Cómo va a afectar esto en la relación de confianza médico-paciente?

Veremos según avance el tiempo… Mientras tanto no se nos olvide que hay opciones que nos protegen: por un lado la objeción de conciencia de los profesionales de la medicina y por otro lado el testamento vital (o declaraciones anticipadas), una declaración escrita y firmada donde cada uno decide acerca de los tratamientos médicos que quiere o no recibir y de qué manera. Lo hemos hablado aquí, es importante registrarlo, cada comunidad tiene una regulación. Además, la Iglesia ofrece un texto específico adaptado al momento actual que está disponible en la página web www.conferenciaepiscopal.es donde hay mucha más información sobre este asunto que puede aportar luz a muchas dudas.

Pues bien, como recordaban los obispos hace unos meses: no hay enfermos ‘incuidables’ aunque sean

‘incurables’. Cuidar cuando no se puede curar. Esa es la asignatura pendiente. La cultura de la vida a la que todos debemos caminar y mirar sin perder la esperanza.

Te invito a que nos acompañes esta noche en La Linterna de la Iglesia. Recibe un saludo de quien te habla, Irene Pozo. Es viernes, 19 de marzo. ¡Feliz día de san José!