La vida contemplativa es, también para los católicos, desconocida y poco valorada. El contagio con los valores del mundo nos lleva, en ocasiones, a acercarnos a ella como el turista que se adentra en un templo móvil en mano, pero que se pierde su esencia. Nos quedamos, muchas veces, en lo exótico, en la forma, en la distancia. Sin embargo, hace unos días, una experiencia vivida en carne propia me hizo darme cuenta de lo lejos que estoy de darle la importancia que merece. Unos meses después de entrevistar a una profesa a quien encomendé rezar por alguien, volví al convento. Se trata de las Clarisas del barrio de Capuchinos, en Málaga. Allí, sor Jacinta, al verme, lo primero que hizo fue preguntarme por esta persona. Me dejó descolocada, sin saber a qué se refería. Había olvidado yo algo que ella, sin embargo, había puesto en el centro de sus intenciones y por lo que rezaba cada día. Menudo baño de humildad, pero sobre todo, de confianza en Dios. Entre sus oraciones, de los conventos y monasterios españoles, estamos también los medios de comunicación y sus profesionales, un apostolado que realizan dentro de la Obra Sinaí iniciada por el beato Lolo. La vida contemplativa es esa María del Evangelio, en Betania. Ellos y ellas han elegido la mejor parte, y nos invitan a buscar también nosotros, en nuestras prisas y quehaceres, un hueco, aunque sea pequeño, para dedicar a ello. // Contemplar la vida, la acción de Dios en lo cotidiano, confiar plenamente en el poder de la oración y de la comunión, y ejercitar la fraternidad son los retos que viven cada día de forma callada, entregada, como el corazón que bombea la sangre a todo el cuerpo o los pulmones que lo llenan de oxígeno.

Ana Medina

Ana Medina es periodista y escritora. Desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga y colabora en prensa, radio y televisión con diversos medios nacionales, como COPE, TRECE y la revista Ecclesia entre otros. Doctora en Comunicación Audiovisual, es profesora en los Centros Teológicos “San Pablo” de Málaga y autora del libro “La Iglesia y la alegría de comunicar”, editado por la Diócesis de Málaga. Más recientemente, ha publicado el poemario “Vagón Silencio” (ed. PPC, 2021). En 2020 recibió el I Premio de Poesía en Tiempos de Dificultad de la Fundación Cultural Herrera Oria.