La semana pasada cuatro yeguas aparecieron muertas en el municipio pontevedrés de Oia. Según se cree, varias personas empujaron a nueve garranos -raza de caballos pequeña de origen ibérico- a un estrecho pasillo de desparasitación para vacas, cerraron los pestillos y la emprendieron a golpes con los animales. Para hundirles el cráneo usaron una barra de hierro que este lunes la Guardia Civil ha recogido en el lugar de los hechos. Cuatro yeguas murieron y otras cinco criaturas se salvaron porque algún ruido espantó a los criminales.

La Asociación Naturalista del Bajo Miño en colaboración con la Comunidad de Montes de Viladesuso ha ofrecido una recompensa de 500 euros a quien rompa el silencio y delate a los delincuentes. Agustín Ferreiro, presidente de la asociación, ha asegurado este lunes en 'Herrera en Cope' que no desvelarán el nombre del denunciante.

Pese a ello, no saben nada y la “cosa va a ser difícil” porque “los vecinos se conocen” entre ellos y es complicado que se delaten. “¡Lo horrible que pudo ser esa muerte a garrotazos!”, ha reflexionado sobre el ataque.

Ferreriro ha dicho que en las últimas semanas están viviendo “actos violentos de este tipo”. No en vano, un perro también apareció colgado, así como unas ovejas, aunque el presidente de la Asociación Naturalista del Bajo Miño ha negado que los hechos guarden relación entre sí.