Carmen Martínez Castro ha querido recordar en el café de redacción de 'Herrera en COPE' un episodio protagonizado por la Moncloa que recuerda a lo vivido este lunes dos de mayo en relación a los espionajes hechos con Pegasus al presidente del gobierno y a la ministra de Defensa. Tanto Martínez de Castro como Jorge Bustos apuntan al mismo hecho, protagonizado por la ministra de Industria, Reyes Maroto, en plena campaña de las elecciones autonómicas de Madrid.

De las navajas a los hackeos

Martínez de Castro ha comenzado su comentario destacando que para ella "lo que es evidente, que siempre que estamos con Pedro Sánchez tiene que hablar de ello, es el oportunismo político". Una situación que le ha obligado a recordar que "este es el gobierno que se inventó lo de la 'navajita plateada'. Recordemos a la ministra con la foto de la navajita, que luego era pintura y esas historias. Este es ese gobierno", ha comentado en clara referencia a la imagen protagonizada por Reyes Maroto en las puertas del Congreso de los Diputados, en plena campaña de las elecciones autonómicas de Madrid, que acabarían dando la presidencia a Ayuso.

"La 'navajita hackeada' es ahora", ha ironizado Jorge Bustos. "Pero ahora tú estás a punto de ser el anfitrión de la cumbre de la OTAN más importante de las últimas décadas, y todo el planeta sabe que el presidente de la democracia que va a ser anfitriona de la cumbre de la OTAN fue espiado, y en mi opinión, todo para contentar al socio 'indepe'. Esto es lo que has conseguido. Genios, genios", se ha lamentado Bustos ante la inminente responsabilidad adquirida por España con los socios de la Alianza Atlántica.

Martínez de Castro ha querido poner el foco, para terminar, en la oposición a Moncloa: "No me extraña que los partidos de oposición, los que son responsables, pues intenten manejarse en este con pies de plomo, porque alguien tendrá que mostrar responsabilidad en este país", ha destacado en un café de redacción en 'Herrera en COPE' donde el espionaje realizado con el programa Pegasus ha cobrado un protagonismo especial.

La navaja que recibió la ministra Reyes Maroto no estaba ensangrentada

La pequeña navaja que un enfermo mental, vecino de El Escorial, consiguió colar en el Ministerio de Industria no estaba ensangrentada. Estaba pintada. Los primeros análisis de los especialistas químicos de la Policía, según pudo saber COPE en fuentes próximas a las pesquisas, pudieron determinar que las manchas que presenta la hoja del cuchillo no son de sangre sino de tinta. Otras fuentes policiales incluso señalaron a la posible utilización de un rotulador o un marcador.

A todo esto, los cartuchos del calibre 7,62 x 51 mm remitidos a distintas dependencias del Ministerio del Interior días antes del hallazgo de la navaja en el departamento que dirige Reyes Maroto, eran bastante viejos. Las fuentes consultadas por COPE los dataron en 1980. Es la fecha de fabricación por la ya extinta empresa Santa Bárbara que aparece en los culotes de la munición. El análisis realizado por los especialistas de policía científica a los cartuchos y al resto de elementos de los tres envíos (cartas y sobre) no han permitido localizar posibles huellas o rastros biológicos atribuibles a la autoría de los envíos. Se extrajeron huellas y restos biológicos pero relacionados, en principio, con la manipulación del material por terceras personas ajenas a las amenazas.

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Un problema añadido en estas pesquisas realizadas en su momento, es que los autores de este tipo de hechos no suelen tener antecedentes. Por lo tanto, de localizarse un rastro sospechoso, al cotejarlo con el banco de ADN de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, no salta la alerta. Los investigadores cuentan con indicios que convierten a un rastro dactiloscópico o biológico en sospechoso. Los del autor del hecho investigado suelen demostrar descuido por su forma o posición: a veces es parcial, aparece en una esquina del sobre o del papel, está medio borrado. Los que tienen un carácter contaminante suelen ser claros, reiterados, y sin matices.

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