Con 6 años, tocó su primer piano y de ahí ya la música se ha quedado en su vida para siempre. Bisabuela y abuela se dedicaban a la composición, asique solo era cuestión de tiempo que hiciese mella en la que ahora es una de las directoras de orquesta más prestigiosa.

Lucía Marín estudió en conservatorios públicos en Andalucía y el País Vasco. Cuando terminó la carrera en 2010 no existía el máster en dirección de orquesta y emigró a EEUU, que le supuso un antes y un después. Asegura que allí “las mujeres tienen más oportunidades, y sus masteres son más prácticos”.

Un director de orquesta tiene que saber hacer muchas cosas, por eso considera Marín, que ser director es algo tridimensional: “Gestionar un grupo, interpretar, ser muy gestual y tener vida interior rica que te permite descubrir todos los secretos que el compositor escribió hace siglos.”