25 febrero 1939, a la Guerra Civil le queda poco más de un mes. Es cuando Manuel Machado recibe la noticia de la muerte de Antonio, su hermano, tres días antes en Couillere (sur de Francia). Aunque está atrapado en Burgos por el conflicto, conseguirá viajar en coche para intentar llegar al funeral de Antonio.

Este viaje, estos hechos reales, aunque poco documentado, lleva rondando en la cabeza de Joaquín Pérez Azaustre desde sus veinte años. Por fin los ha novelado en ''Mi querido hermano''. De nuevo, la pluma del escritor cordobés sirve para retratar a una España que sufre por encima de las ideologías. Aquel 25 de febrero de 1939 ''medio Manuel murió, porque murió su gran compañero en la literatura y en la vida. Habían compartido todas sus pasiones, habían escrito a cuatro manos y su familia estaba muy unida'', explica el escritor. El chófer de ese viaje es Raúl, un falangista que descubre quiénes son los hermanos Machado.

Carlos Herrera ha preguntado a Azaustre la relación de Manuel Machado con Oscar Wilde, los ambientes parisinos que tan bien conoció Manuel o las ideologías de ambos. Si bien, Antonio defendía la República y Manuel se puso del lado del alzamiento, ''las diferencias que podían tener, no les separaban en lo personal. Los dos se querían profundamente''. Así zanja el autor la polémica sobre la separación entre ambos. Y es que, como reza la novela: ''No hay ningún ideal lo suficientemente alto como para que los hermanos se maten entre sí''.

Azaustre se ha mojado sobre la situación política actual, tan recurrente cuando se tratan temas históricos. También a quién prefiere, a preguntas de Goyo González: a Antonio o a Manuel, o qué le preguntaría a Manuel Machado.