"Soltar tinta de calamar", esa ha sido la metáfora que Carlos Herrera ha utilizado hoy en su monólogo de las seis de la mañana para calificar la estrategia de Pablo Iglesias en los últimos días y que tiene por objetivo ocultar los problemas del Gobierno.

El líder de Podemos no desaprovechó la subida de tono de Cayetana Álvarez de Toledo el miércoles en el Congreso, cuando esta le llamó "hijo de terrorista", y este jueves volvió a cargar contra la oposición. Esta vez fue contra Vox, cuando se dirigió al portavoz de la formación de Santiago Abascal y le acusó de "querer dar un golpe de Estado" aunque "no se atrevan".

"Ayer se dieron noticias importantes", ha señalado Herrera, "y lo que también se dieron fueron maniobras de distracción, de tinta de calamar". Para Herrera, esa tinta soltada por Iglesias va destinada a tapar los ecos de "la tunda que le dieron a Marlaska en el Congreso" y del cierre de Nissan en Barcelona, analizado en "en esa especie de cosa que llaman la Comisión para la Reconstrucción Nacional".

En cuanto al cierre de la fábrica de la factoría japonesa, el comunicador de COPE ha propuesto a sus oyentes el siguiente ejercicio: "Imagínese que es usted el señor Nissan y que anda en un proceso de reestructuración interacional por el que tiene que sacrificar una pieza. Si es usted el señor Nissan y a usted le bloquean una cadena de producción con motivo de los líos que ocurrieron en la Barcelona del desafío independentista, si a usted le amenazan con una subida de impuestos, si usted ve marcharse empresas de un territorio que amenaza con independizarse a la fuerza y está usted en un país en que la legislación laboral la pacta con el Gobierno con los herederos de una banda terrorista, usted, sacrifica la pieza".

Por tanto, lo que ha tratado de tapar Iglesias con su 'tinta de calamar' es el cierre de Nissan y "el lío con Pérez de los Cobos". "Cuando todo eso pasa", ha señalado Herrera, "ahí está la fiebre neocomunista del amigo Iglesias, que tiene una pauta de comportamiento claramente bolivariana". Así lo hizo ayer el vicepresidente segundo del Gobierno "ante la pachorra boba de este inexplicable Patxi López, comportándose como un vulgar chulo de taberna".

Y es que Iglesias se dedicó "a mover el barro de la bronca, a impedir que se debata en sereno la salida de esta crisis" y procurando que se hable "todo lo que se pueda" sobre la "provocación" del líder de Podemos a Espinosa de los Monteros. Además, señala Herrera, lo hizo "acariciando la idea de que el enfrentamiento, el odio y el rencor lleguen a la calle".

Incendio político en medio de la nueva negociación para el estado de alarma

Los diez días de luto oficial arrancaron el miércoles con duros cruces de acusaciones en el Congreso y una crisis en la cúpula de la Guardia Civil y el segundo día de luto ha acabado con un nuevo incendio político en medio de las negociaciones del Gobierno para aprobar la sexta prórroga del estado de alarma.

Tanto en un día como en otro, uno de los principales protagonistas de esa escalada de tensión ha sido el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Si el miércoles era la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, quien encendía la mecha en el Congreso, echándole en cara que fuera hijo de un "terrorista" del FRAP, esta vez ha sido el vicepresidente segundo quien avivaba el fuego arremetiendo contra Vox, un partido al que, denuncia,"le gustaría dar un golpe de Estado".

"Les gustaría dar un golpe de Estado, pero no se atreven, porque para eso, además de quererlo, hay que atreverse", ha afirmado en una tensa comparecencia ante la Comisión de Reconstrucción de la Cámara Baja.