Este miércoles se celebra el Día de Navidad y en 'Herrera en COPE' lo tenemos todo preparado para servir un menú digno de Leonardo Da Vinci, el genio del Renacimiento. Y es que, entre sus facetas destacan la de pintor, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor o filósofo. Aunque no se conozca tanto, Da Vinci también era un genio de la cocina.

Así lo ha puesto de manifiesto Eva Celada, autora del libro 'En la mesa con Leonardo Da Vinci', una biografía gastronómica que contiene, además, las recetas del genio, que era “vegetariano”. La escritora especializada en gastronomía ha dicho que no se sabe si lo fue toda su vida o solo una parte de ella, pero que era vegetariano “lo acreditan sus escritos” y sus listas de la compra.

“El habla de por qué el ser humano si se considera el rey de la creación tiene que matar”, ha señalado. Además, “hay un coetáneo de Leonardo que escribe una carta desde la India en la que dice que en ese lugar de la India no se come nada muerto, como nuestro Leonardo”.

Además, en las listas de la compra de Da Vinci destacan los productos vegetales por encima de todos los demás. Hay carnes, pero casi de forma contractual porque en el Renacimiento se daban a las personas a las que se dispensaban alimentos, ha puntualizado Celada. Entre los alimentos que se utilizaban en la época llaman la atención las naranjas. “Se consideraban como algo muy delicioso”.

La experta ha dicho, además, que en el Renacimiento se cocinaba con “bastante complejidad” y ya se ahumaba y se freía con aceite de oliva. De hecho, Da Vinci “creó los bocetos de dos hornos de asar bastante complicados”. “Era un observador de cómo tiene que ser la vida”, ha señalado Celada. La escritora ha explicado, además, que el genio tenía un viñedo gracias al que producía vino dulce blanco.

Sin embargo, Da Vinci nunca se metió en la cocina para preparar un plato. “Era un refinado, un señorito de la época” porque entonces ser cocinero era un empleo de criados. “Entraba en la cocina para hacer sus experimentos científicos. Él diseccionaba los cuerpos, lo cual no estaba muy bien visto” ya que podía ser acusado de necromancia, una rama de la magia que consiste en la adivinación mediante el examen de las vísceras, ha abundado la escritora. “Debió hacer unas treinta autopsias y de ahí sacó sus conclusiones médicas”.

Hasta hoy llegan las listas de la compra escritas del puño y letra de Da Vinci, pero solo un recetario. “La mayor parte de las recetas están copiadas de un cocinero de la época”, ha señalado la escritora.

En base a ese recetario, Celada ha ideado unas recetas que han adaptado cocineros como Mario Sandoval, Rodrigo de la Calle o Luca Gatti, que es el cocinero de la embajada italiana en España, y que se pueden consultar en su libro 'En la mesa con Leonardo Da Vinci'.

“Al final de su vida, investigando sobre las áreas de los triángulos, escribió: Lo dejo porque la sopa se enfría”, ha relatado Celada, que se ha despedido con la última cita escrita que se conserva del gran genio del Renacimiento.