La sequía es una realidad en España. Aunque la situación del agua embalsada se alivió en octubre, en noviembre ha vuelto a empeorar. Sin embargo, no afecta igual a todas las regiones de la península. Hay zonas en las que comienza a haber una enorme preocupación.

Por ejemplo, en Cataluña las reservas de agua están en el 18,5%. ¿Qué ha pasado en la comunidad para que se llegue a ese punto? La Generalitat ha aprobado la situación de preemergencia, imponiendo restricciones en agricultura, comercios o viviendas y no hay previsión de lluvias inmediatas. Incluso se baraja la posibilidad de llevar agua con barcos a los puertos catalanes.

El presidente de la Asociación catalana de Amigos del Agua, Xavier Latorre, ha analizado la situación en 'Herrera en COPE' y ha lanzado una previsión de lo que puede ocurrir si no llueve en los próximos días.

"Estamos viendo que hay esta especie de temor que siempre prospera en las situaciones próximas a las restricciones. La Generalitat va disminuyendo los consumos de agua permisibles en los municipios más afectados en una situación de preemergencia", ha explicado, respecto al último movimiento del Gobierno catalán.

En cuanto a la previsión, "si llueve, buena parte de lo que estamos hablando quedaría sin validez. Si, por contra, no llueve, podríamos tener las temidas restricciones de que nos digan que determinadas horas al día, al abrir el grifo, no haya agua".

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La gran pregunta es, si sigue sin llover, ¿para cuánto tiempo queda agua en la región? El presidente de la Asociación catalana de Amigos del Agua explica que "Los embalses de cuencas internas están al 18%. Si bajan al 16% habrá que dictar la situación de emergencia. De verdad de verdad unos meses, tres o cuatro. Y esto con las desalinizadoras funcionando a tope, con lo que supone en coste energético y ambiental".

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Posibles soluciones al problema de agua en Cataluña

En esta línea, se habla ya de disminuir la presión de agua en los grifos como medida para disminuir el consumo. Latorre confirma que "las pruebas que se están haciendo van en esa dirección", pero adelanta que esto puede supone un problema. "Si la disminuyes a los que más va a afectar será a los que más altura tengan", advierte.

Ante la pregunta de si las desalinizadoras pueden suponer una solución, el experto explica que actualmente en Cataluña hay dos en funcionamiento, pero "más que una solución, se construyeron para hacer frente a los regímenes de emergencia". Es decir, "la desalinizadora no debería ser una situación habitual como desde verano que están al 100%. Aunque solo sirve para la zona costera".

Otra solución que está sobre la mesa es traer barcos con agua hasta el puerto de Barcelona, aunque la experiencia de 2008 no es muy positiva: "Fue una calamidad, se intentaron traer un par de barcos y al final hubo que tirar el agua porque se había despotabilizado. Ahora volvemos a esta ilusión y ya se están gastando millones de euros en el puerto para estos barcos. Espero que no haya que llegar a esta situación".

Polémica en torno a la subida del precio del agua

Por último, se ha pronunciado respecto a la subida del precio del agua: "Las cosas se han de pagar a lo que cuestan. Si estamos usando desalinizadoras que tienen un coste de producción seis veces lo que cuesta uno normal, los costes se disparan. Aquí la Generalitat tuvo la idea de congelar las tarifas en 2017, en 2023 también se congelaron".

"Esto supone un déficit intolerable en la gestión del agua. Si además incumplimos las directivas de Europa, que dicen que hay que equilibrar costes e ingresos. Hay que subir los precios, pero escalonadamente mejor", ha concluido.