Donde parece que no hay nada, ellos encuentran la evidencia. Son los ojos que ven hasta lo más imperceptible, el Equipo de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil. Su cometido es personarse en el lugar del crimen para consignar cuantas pruebas puedan resultar relevantes para la causa. Desde recoger huellas, vestigios a restos biológicos.

Según ha dicho este viernes en 'Herrera en COPE' el comandante Juan Antonio García, jefe del Departamento de Escena del Crimen, este cuerpo nace en 2004 y está “preparado para localizar cualquier tipo de indicio que relacione el suceso con el culpable”.

“Lo que nos encontramos es el escenario final y tratamos de llegar a la conclusión de cómo se ha llegado ahí. Es una labor de equipo”, ha señalado.

Junto a él, ha sido entrevistada la teniente María Cano, jefe de Área de Inspección Ocular, que ha dicho que lo que lo primero que hacen es “una entrevista con la unidad que lleva la investigación” y, a partir de ahí, les dicen “qué tipo de pruebas quieren que busquemos: huellas, indicios biológicos, etcétera”.

“Cuando sucede un hecho, en el escenario del crimen hay tres niveles de intervención”: el primero es el correspondiente a los agentes que llegan al lugar de los hechos y acordonan la zona; el segundo, relativo a los especialistas de Policía Judicial que llevan la investigación; y ellos, que se ocupan de la inspección ocular”.

El sargento primero Juán José Hermoso, componente del Equipo Central de Inspección Ocular, ha dicho que el cuerpo “está preparado para encontrarse con cualquier tipo de escenario”.

La resolución de crímenes como el de Pioz o el asesinarto de Diana Queer ponen de manifiesto el buen hacer de este equipo de la Guardia Civil.