

El primer sonido del día de HERRERA EN COPE
"Hoy a Sánchez se acaba la cuartada en la que se ha refugiado del escándalo de Santos Cerdán"
Sergio Barbosa repasa los principales titulares en el primer sonido del día que marcarán la actualidad de este jueves 3 de julio de 2025
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Son las seis, las cinco en Canarias.
¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible Herrera en COPE, en este jueves, 3 de julio de 2025. Aquí estamos otra vez, dispuestos a contar lo que pueda ocurrir en España y en el mundo, sea lo que sea. Y es que ya en este país ni siquiera coger un tren o un avión es algo que uno pueda tomar como una certeza absoluta. Visto lo visto esta semana, vamos a tener que empezar a decir: "hoy tengo intención de coger un tren o un avión", y luego ya, pues, es ponerse en manos de la providencia. De momento, de lo que sí nos podemos fiar bastante es de la previsión del tiempo.
Hoy tenemos por delante un nuevo día de calor, pero también de lluvias. Cinco comunidades del centro y el sur peninsular están en aviso naranja por altas temperaturas. Se podrán superar los 40 grados en el valle del Guadalquivir, el Tajo, el Guadiana y en Extremadura, mientras que las máximas bajan un poco en el noreste. También seguiremos con lluvia en varios puntos de la Península. Castilla y León, por ejemplo, está en aviso naranja porque se esperan tormentas en varias zonas del centro y la mitad norte. Bueno, más o menos lo que toca a comienzos de julio. Lo que no estaba en los planes, o lo que no debería ser admisible, es que una potencia turística como España, en pleno comienzo de la campaña veraniega, esté pegando los petardazos que está pegando.
Al último caos ferroviario ha habido que sumar en las últimas horas el caos en la T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Esta vez, dice AENA, por culpa de un supuesto fallo informático que habría obligado a los ya de por sí pocos agentes destinados a hacer a mano el control de pasaportes y las salidas. Sin embargo, el sindicato policial Jupol asegura que no tiene constancia de ningún fallo informático y que aquí lo que ha pasado es que AENA no ha sabido adaptar el dispositivo al fuerte crecimiento de los vuelos que operan en Barajas. También es verdad que, en ese caso, sería Interior quien debería preocuparse de incrementar el número de agentes. De hecho, AENA ha culpado a Interior. Es decir, esfera pública contra esfera pública. En cualquier caso, esto suena un poco a lo mismo que sucede con los trenes.
Mucho culpar a las nuevas compañías privadas que operan en nuestro país, pero aquí da la sensación de que los gestores públicos se han dormido en los laureles en los últimos años y no han sabido, de alguna manera, acompañar las inversiones y los dispositivos a la demanda de los pasajeros. El caso es que ayer hubo gente que llegó al aeropuerto con tres horas de antelación y, aun así, perdió el avión. El avión contratado para sus vacaciones o el avión para hacer una gestión importante en lo laboral o en lo familiar. Con los nervios que eso provoca, con la gente incluso peleándose, fruto de la tensión. Vamos, un desastre que ha quedado reflejado en los medios de comunicación de este país.
Los aviones salen en tiempo y hora, pero la gente pierde esos aviones por la mala gestión del control de pasaportes. A todo esto, el ministro Óscar Puente sigue callado y solo ha usado las redes sociales para criticar a Feijóo. Sin embargo, siempre nos quedará la vicepresidenta María Jesús Montero, que en las últimas horas, merced a un micrófono abierto, nos ha hecho sin querer su análisis ferroviario de la jornada. Dice Montero que lo de los trenes, a ella como experta ferroviaria —que se ha visto todos los capítulos de Tomás y sus amigos—, esto le huele a sabotaje.
"Yo soy usuaria de ese AVE", decía la vicepresidenta primera, como diciendo: la cosa es tan grave que hasta yo me puedo ver afectada por las averías. Es curioso, porque Montero ha llegado a deslizar que parte de la culpa la tiene la compañía Ouigo por no retirar sus trenes cuando se averían. Lo que pasa es que esa compañía privada ha recordado que es Adif la que tiene que retirar los trenes y que, precisamente para eso, las compañías pagan un dinero al operador ferroviario.
Pero es que, además, Adif aseguró en un mensaje que, en realidad, el tren que provocó el mayor tapón era de Renfe. Es decir, Montero no ha dado ni una. Y aquí la pregunta es: ¿qué pasa con las cabezas tractoras que deben remolcar a los trenes? Porque últimamente tardan demasiado en hacer aparición. Esas son las preguntas que habría que contestar, junto a la cantidad de dinero que se está invirtiendo en el mantenimiento del sistema o cómo se está gastando ese dinero. Lo que no puede ser es que haya un apagón y digan que es culpa de las compañías privadas, que haya un caos ferroviario y digan que la culpa es de las compañías privadas. Y así todo. Algún día habrá que hacer una verdadera auditoría a la gestión de lo público. De hecho, se diría que hemos tenido unos políticos que se han pasado los últimos años entretenidos en la ideología, dejando que la maquinaria de los servicios públicos funcionara un poco por inercia.
Hasta que esa inercia no ha dado más de sí. Y miren, la cosa está tan apretada para el Gobierno que si Montero sembraba la duda en torno al caos del transporte, deslizando la idea del sabotaje, el que también ha salido al rescate del Gobierno —en este caso sobre el gran asunto de la corrupción— ha sido José Félix Tezanos, esa rara avis que, con su carné de militante del PSOE entre los dientes, preside el CIS. Bueno, dice el señor Tezanos que mucho ojo con eso de que al PSOE le ha estallado un caso de corrupción y todo lo que ha investigado la UCO y tal, porque lo mismo es todo mentira. No lo puede asegurar así de forma tajante, pero oye, él, como presidente del CIS, ahí, siempre a la duda, por aquello de enriquecer un poco el debate público.
A los que han leído a Hannah Arendt esto que ha hecho Tezanos seguro que les suena. Decía la escritora judía que el objetivo de los gobiernos totalitarios es poner en duda la verdad de forma sistemática, y que la intención no es tanto que la gente se crea la mentira, sino que llegue un momento en que la sociedad ya no sepa lo que es verdad y lo que no. Es decir, matar a la verdad. Que ya no podamos estar seguros de si la verdad existe o no existe. Y así, mintiendo día sí, día también, inundando todo de mentiras y sembrando la duda sobre si la verdad es verdad o no lo es. Así es como empiezan a morir las democracias. Luego hay muchas otras técnicas que el sanchismo conoce a la perfección, como el ciclo del bulo o la teoría del espejo, que consiste en negar que tú estés haciendo lo que estás haciendo y culpar a tu adversario de eso mismo que tú estás haciendo. Es decir, que tú eres una máquina de bulos, pues te inventas que son tus adversarios los que andan todo el día lanzando bulos con la máquina del fango y tú, en cambio, te presentas como el capitán antibulos.
Hoy a Sánchez se le acaba la coartada de la cumbre de la ONU en Sevilla, en la que se ha refugiado estos días para hacerse el líder internacional, después del numerito de la cumbre de la OTAN en la que los principales dirigentes internacionales alucinaron bastante con su comportamiento. Ha tenido que buscarse un público agradecido, un público que viene básicamente a recaudar fondos para proyectos internacionales, para que parezca que no ha perdido su aura de estadista. Lo cierto es que Sánchez tiene por delante unos días muy complicados con ese comité federal del PSOE en el que se esperan cambios para que el partido salga del shock provocado por el escándalo de corrupción y el ingreso en prisión de Santos Cerdán.
Sánchez tiene el problema de la incertidumbre, el problema de no saber lo que va a pasar. Sánchez no puede saber si la UCO va a sacar otro informe que provoque un terremoto, o si ya va a haber ocultos que hagan algún movimiento que acabe de hundir al Gobierno, como tampoco tiene la certeza de si Santos Cerdán aguantará el tirón en prisión. Ahora en Navarra el gobierno socialista está borrando de las fotos al que fuera secretario de organización del PSOE, como hacían los soviéticos en tiempos de Stalin. En su momento a nadie le extrañó que Cerdán se colocara —o se colara— en las reuniones entre el Gobierno navarro y el Gobierno central para hablar de obras públicas sin que Cerdán formara parte de ninguno de los dos ejecutivos. Pero, por más que ahora quieran borrar su huella, lo cierto es que, bajo el radar, el PSOE no quiere cortar el vínculo con su hasta ahora secretario de organización. El lunes le faltó tiempo para mandar a Soto del Real al abogado y fontanero Jacobo Teijelo, y ayer Cerdán recibió otra visita de una abogada del bufete de Teijelo. Es decir, la fontanería del PSOE, de la que Cerdán sabe bastante, está monitorizando la estrategia de Cerdán en la cárcel.
Y quedan tantas cosas por saber... Hay tantos hilos de los que tirar, en una madeja en la que los nervios y la ansiedad personal de unos y otros puede jugar un papel importante, que aquí nadie sabe todavía por dónde puede salir todo esto. Está por ver, por ejemplo, dónde está el dinero. Ahora la UCO está investigando si Cerdán aprovechó la veintena de viajes que hizo a Suiza para negociar con Puigdemont para poner en orden también cuestiones monetarias. Que eso ya sería el súmmum de la eficacia: hacer un 2x1. De momento, esa espada de Damocles está ahí, y por eso en Ferraz no las tienen todas consigo.
Otra cosa es que, en el plano puramente parlamentario, Sánchez sepa que por ahí no le va a venir el hierro que lo ha de matar, porque lo de los socios del Frankenstein es una oda al cinismo más absoluto. Conforme pasan los días, va quedando claro que lo único que están haciendo es poner pucheritos sin ninguna intención real de dejar caer al Gobierno. Por lo pronto, el PNV empieza a estar muy incómodo con lo que sus terminales pudieron negociar en Navarra al calor de la obra pública. Que el PP haya puesto el dedo en la llaga del empresario Iñaki Alzaga, muy ligado al PNV, aleja la posibilidad de que el PNV pueda entenderse con el PP, lo cual es bueno para Sánchez. Y lo que también hace las delicias del sanchismo son los aspavientos de Yolanda Díaz. Ayer, doña Yolanda mandó a Hortás a cantar las cuarenta al PSOE, que en el lenguaje de Sumar quiere decir mostrar su profundo enfado, pero dejando claro que no van a dejar caer al Gobierno.
Ya digo: el final de Sánchez no vendrá por sus socios. Si llega, vendrá por el lado de las investigaciones policiales, la acción de la justicia y el hartazgo de la sociedad española.