

"Si tan beneficiosa va a ser esta financiación a la carta, ¿por qué no lo negocian de forma abierta con el resto de comunidades?"
Es el análisis que realiza Antonio Herráiz este martes 15 de julio
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Muy buenos días. Esto es 'Herrera en COPE' y te saluda Antonio Herraiz en este martes que nos lleva al ecuador del mes. ¿Y qué suele hacer en España un 15 de julio? Si miramos a la mitad sur, calor. Mucho calor.
Con 41 grados de máxima en Sevilla o los 40 de Jaén. Además de en Andalucía, hay avisos por altas temperaturas en Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Comunidad de Madrid. En la capital hoy se van a alcanzar los 37 grados.
Ya tenemos los cimientos del nuevo engendro fiscal para Cataluña. Esa criatura que han parido entre el Gobierno de España y la Generalitat, unos para garantizar su propia supervivencia en el poder y los otros exhibiendo un trofeo que todos, incluidos los socialistas, les habían negado hasta ahora. No por capricho, sino porque acaba con dos principios básicos: el de equidad y el de solidaridad territorial.
Aunque queda mucho por andar, aunque hay muchos flecos por concretar, es el principio de la ruptura de la caja común. Para que no nos despistemos, lo primero es el contexto.
Esta es una cuenta que empieza a pagar Sánchez por la investidura de Salvador Illa en Cataluña; una cesión que dejó firmada en su acuerdo con Esquerra Republicana y que le sirve también para mantener vivos sus apoyos en Madrid con los separatistas. No es casual que se comience a materializar en pleno mes de julio, con media España de vacaciones que a la vuelta habrán olvidado.
En Sánchez todo es estrategia y no deja nada a la improvisación. Ni el cuándo ni el cómo.
Si tan beneficiosa va a ser esta financiación a la carta para Cataluña para el conjunto de España, ¿por qué no lo negocian de forma abierta con el resto de comunidades? ¿Por qué el debate no se ha realizado en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que es el órgano que reúne a todas las comunidades para debatir asuntos de financiación?
En este último paso, hay un elemento, la prueba del algodón, que delata las auténticas intenciones para los más despistados, o para los más ingenuos.
Si María Jesús Montero se enfrentara a la hemeroteca...igual se avergonzaba un poquito"
Es un punto que coincide con las cesiones más relevantes que ha venido ejecutando el Gobierno para contentar a sus socios. Seguro que recuerdan la amnistía.
Era ilegal, era inconstitucional, no tenía cabida en el ordenamiento jurídico. Hasta incluso después de las elecciones de hace justo dos años, las de julio de 2023, ministros como Marlaska, o como María Jesús Montero lo seguían defendiendo. Con la financiación singular para Cataluña, siguiendo con el eufemismo de Moncloa, ha pasado lo mismo. Idéntico.
Si María Jesús Montero, algún día, se enfrentara a la fonoteca, a la hemeroteca, y una tras otra le fueran recordando todo lo que ha venido diciendo que jamás harían y han terminado tragando, igual hasta se avergonzaba un poquito. O ni por esas. Algunos le llaman evolución, cuando es un travestismo sin complejos y, por lo que se ve, sin consecuencias.
Lo que negaba con esa rotundidad la ministra de Hacienda es precisamente lo que han acordado: la independencia fiscal, dar competencias a la Agencia Tributaria catalana para que recaude todos los impuestos.
Por cierto, María Jesús Montero, no estuvo en la reunión de este lunes en Barcelona.
Si el calendario sigue su curso, y no hay imprevistos, hay elecciones autonómicas en Andalucía en menos de un año. En junio de 2026. Y la ministra de Hacienda, la que ha proyectado un financiación especial para Cataluña, a costa de golpear al resto, incluida Andalucía, es la candidata del PSOE en esta comunidad y no quiere llegar a esa fecha más abrasada. Aún más.
Hay un elemento que deja claro uno de los objetivos del acuerdo y que forma parte de la letra pequeña de lo que han firmado los representantes del Gobierno de España y de la Generalitat. Los dos tienen una obsesión manifiesta, que no disimulan.
Se llama Isabel Díaz Ayuso. Y hay una parte del comunicado que es un recado directo: “se prevé la introducción de mecanismos adicionales a los actuales para limitar -atentos- la competencia fiscal a la baja entre territorios.
Traducido, mensaje a las comunidades gobernadas por el PP.
Que se vayan olvidando de políticas de rebaja fiscal, con recado para Ayuso, a la que no han parado de reprochar que practica eso que llaman dumping fiscal, aunque se haya demostrado que lo de bonificar impuestos, ya sea en el IRPF o en sucesiones y donaciones, tiene consecuencias muy para todos los contribuyentes, por su puesto, también para las clases trabajadoras.
Pero esa cláusula que han introducido en el pacto alcanzado entre Sánchez e Illa bajo la presión de Esquerra, frena las rebajas de impuestos en el resto de comunidades.
Después de lo acordado, se abre un camino incierto en cuanto a los plazos, pero, analizando los antecedentes, con un patrón muy similar.
Después de negar que habría financiación privilegiada para Cataluña, llega la consumación y después lo que toca es convencer de que es bueno para los catalanes y para el conjunto de los españoles. Lo vivimos con los indultos, lo hemos vivido con la amnistía y ahora, lo mismo con la ruptura de la caja común.
Esto en el lado del gobierno. A Moncloa, a su equipo de marketing, a los clásicos populares de sus terminales mediáticas, les toca ahora la ardua tarea de contarnos que lo que hasta ahora había sido negro pasa a ser blanco, y que el que quiera ayuda, que la pida, o lo que es lo mismo, que el modelo que han acordado a solas con Cataluña se puede extender a las demás, aunque se haya hecho al margen del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Aunque sea un claro privilegio.
En el lado de los separatistas, el patrón también se va a repetir.
Firman el traspaso de la gestión del IRPF, se garantizan su recaudación íntegra, insisten en que van a por la recaudación del 100% de los impuestos, y amenazan con no parar hasta conseguir todos objetivos. Primero la independencia fiscal y luego a por el referéndum. Y como lo que se propone y está en manos de Sánchez lo alcanzan, por eso siguen.
Por eso le meten prisa. Saben que la recaudación íntegra del IRPF es prácticamente imposible ejecutarla en 2026, por mucho que hayan empezado ya a salivar pensando en los cerca de 30.000 millones de financiación adicional.
Primero, porque no cuentan con la estructura necesaria. Es inviable. La Agencia Tributaria de Cataluña no tiene la estructura necesaria para asumirlo casi de un día para otro.