Señoras, señores. Me alegro, buenos días.

Ya es miércoles, 9 de enero de 2019. Y qué quieren que les diga, todos los medios de comunicación les previene del apocalipsis. Una masa de aire frío polar que va a llegar por el noroeste peninsular. El que me escuche en El Hierro o en Lanzarote se rascará la barriga, pero el que me escuche en Castilla y León, Asturias, Cantabria, Galicia... pues dirá '¿cómo que una pasa de frío polar?'. Pues sí, una masa de aire polar que te obliga a ponerte un gorrito. Y sales a la calle y no pasa nada. 

Tener frío es lo que se veía en las películas que huían de Siberia en pleno mes de enero. Que también podrían hacerlo en agosto, pero no. En enero. Ahora ponte a recorrer Siberia vestido como vas y aguanta el tirón. Eso es frío. Pero andar por León o Burgos, que son ciudades que llevan a gala soportar bien el frío, pues con lo que hará mañana - que serán seis o siete grados bajo cero - no es nada. Te pones un gorrito y unos guantes y echen a andar, que no pasa nada. Ya verán cómo será un día muy hermoso el de mañana. 

Estamos pendientes de lo de todos los días. Yo creo que cojo el editorial de ayer y el de antes de ayer y es prácticamente lo mismo. Con una novedad: ahora conocemos el documento con 19 puntos que Vox le exige al PP para investir a Moreno Bonilla. Dicen que no es un órdago, que son negociables. Hombre, es que si no es negociable alguna de las fantasías animadas que lleva ese documento pues apaga y vámonos. ¿Qué dice exactamente? Cosas que firmaríamos mucho. 1) Bajar los impuestos en Andalucía. Esto no se lo diga a los socialistas, que viven de subir muchos los impuestos. De ahogar en presión fiscal a todos los andaluces. 2) Remodelar o redimensionar Canal Sur. Redimensionar, sí. Cerrarlo, no. Pero darle una dimensión más acorde de lo que le corresponde, indudablemente. Y desde luego no prescindir de los muchos y buenos trabajadores de Canal Sur. 3) ¿Modificar la ley de memoria democrática? Ahora mismo, ¿dónde hay que firmar?

Ahora, cuando empiezan con extravagancias - que hay que expulsar a 52.000 inmigrantes ilegales, como si tuviera la Junta de Andalucía algún tipo de prerrogativa para ello, cuando dicen que hay que devolver las competencias de Sanidad y Justicia al Estado central - que no cuenten con muchos. Porque una cosa es reducir gastos, y otra desmantelar una autonomía. Cuando dicen que hay cambiar la fiesta de Andalucía del 28 de febrero al 2 de enero para coincidir con la culminación de la reconquista ya te da la risa. Estamos hablando en serio, ¿no? No estamos hablando de bromas. Y así con otras tantas propuestas que son inaceptables. Son propuestas que hace alguien que no quiere llegar a un acuerdo. Menos mal que dicen que todo es negociable. Es que si no tendríamos que estar diciendo qué gran trabajo está haciendo Vox a favor del PSOE en Andalucía. Nada menos que poner en peligro el cambio. PSOE y Podemos están ahora encantados. Es eso o disimulan muy bien y lo que quieren es la investidura de Moreno Bonilla.

Hay quien dice que ante lo que estamos es ante una receta populista de libro. Reclamar máximos y mucha atención mediática, que yo no sé si es a su favor, y situar el debate en su terreno ideológico. Hombre, contentas mucho a los tuyos pero cada vez que abres más el capote y enseñas un poco más las entrañas ideológicas de tu programa, no sé si es bueno para ti. El mismo sectarismo que el populismo de izquierdas debería no mostrarlo la derecha radical. Y además va a llegar un minuto en el que va a tener que decidir con quién está. Aquí hay un par de alternativas: el pragmatismo o el extremismo ortodoxo. Yo soy muy ortodoxo y mi programa es éste y no lo voy a cambiar. Y sobre ellos no voy a ceder. Y quiero que el Gobierno de Andalucía haga cosas que no puede hacer. O el pragmatismo: gobierna y luego ya tendrás que venir a negociar conmigo. Porque cuando gobierne Moreno Bonilla en coalición con Ciudadanos - que a veces también parece que está deseando que se repitan las elecciones - va a tener que llamarlos. Y va a tener que decirles 'esto es lo que hay'. Y ahí es donde tú puedes apretar. Si no, vas a consolidar aquello que quieres cambiar. Y ahí está la expectación de algunos miembros del PSOE, que te dicen en privado que no se creían que igual tienen la oportunidad de volver.

Y a todos les ha entrado el mal de altura. Menos a Bonilla, que mantiene una posición más sobria y sensata. Hoy, Juanjo Borrero en ABC escribe que a veces a Vox parece que le gustó el ejemplo de Spiriman. El medico chalado que movilizó a la gente en contra de decisiones administrativas en contra de la salud andaluza y que consiguió que algunas normas se cambiaran. Pero después le entró el cirquismo y se volvió un friki. Y empezó a decidir tonterías. No se puede caer en el frikismo político. No se puede caer. Hay que abrazar determinados pragmatismos y entender muy bien qué dijeron los votantes andaluces. Y ya lo dije ayer, o antes de ayer. Y es verdad. Esperen a mañana, a ver qué les digo.