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Un miércoles en el que sigue tomando fuerza la ola de calor. La prueba la tienen en el norte. Máximas de 41 grados en Salamanca, Valladolid o Teruel.

Iván Espinosa de los Monteros

Y el gran protagonista de este miércoles sigue siendo Iván Espinosa de los Monteros. No se va de Vox, sigue siendo afiliado, pero abandona la primera línea de la política. Deja sus cargos en la dirección y no recogerá el acta de diputado que renovó el 23 de julio.

Y es una renuncia que ha abierto un periodo de incertidumbre, ya veremos si no de crisis interna, en la formación de Santiago Abascal. Es uno de los fundadores del partido, ha sido uno de los más fieles a Abascal, y ha jugado un papel muy importante como portavoz parlamentario en el Congreso durante la pasada legislatura.

Ahí están algunas de sus lecciones de lo que ha llamado clases de matemáticas para progres. Iván Espinosa de los Monteros no es un cualquiera dentro de la estructura de Vox. Es uno de los diez fundadores y está detrás de este partido que en diciembre cumplirá 10 años. En el germen de Vox participó, por supuesto, Santiago Abascal, también José Antonio Ortega Lara, y luego una lista de nombres que han ido abandonando la formación, como Alejo Vidal Cuadras o José Luis González Quirós.

Espinosa de los Monteros, no. Durante todo este tiempo ha permanecido fiel junto a Abascal y ha sido una de las caras más visibles del partido. Por eso, muchos de los votantes de Vox se siguen preguntando a esta hora, ¿pero por qué se va? Primero hay que escuchar las razones oficiales y luego el trasfondo de la renuncia.

No busquen ningún reproche en los algo más de cinco minutos que empleó Iván Espinosa de los Monteros para anunciar su renuncia. No lo hubo. Solo agradecimientos en un mensaje emocionado, en el que tampoco faltaron las palabras de cortesía, que le pueden buscar la interpretación que quieran. Sigo en Vox y a disposición de nuestros dirigentes y tengo enorme esperanza de ver, más pronto que tarde, a Santiago Abascal en La Moncloa. Punto.

Por qué renuncia el que fuera portavoz parlamentario de Vox

Pero, al margen de la formalidad, de la elegancia, de, incluso, los tópicos, la renuncia de Iván Espinosa de los Monteros esconde motivos políticos, razones internas que no ha explicado nadie de la actual dirección de Vox.

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Llega 16 días después de las elecciones generales en las que Vox perdió 19 escaños. De los 52 que tenían se han quedado en 33 diputados. Una decepción que en público no se ha traducido ni en autocrítica ni en una reflexión en la que se asuma algún tipo de error interno. La responsabilidad es repartida siempre, pero en ningún caso de los que han diseñado la campaña en Vox.

Han mirado al PP, han mirado a los sociólogos de las grandes casas de encuestas, han culpado -esto es un clásico de algunos dirigentes de la formación-, a los medios de comunicación. Todo menos asumir en público algo de responsabilidad en la caída de 19 diputados.

Luego la salida llega en medio de los pactos con el PP en distintas comunidades. Además, y después de que Vox haya ofrecido, sin condiciones, sus diputados al PP, asumiendo que renuncian entrar en el gobierno. Hace tiempo que en las decisiones relevantes de la formación no cuentan con Espinosa de los Monteros.

¿Quién maneja los hilos de VOX?

¿Quién maneja los hilos de Vox? ¿Quién controla en estos momentos la deriva del partido? Uno de los dirigentes con mayor peso es el vicepresidente de acción política, el eurodiputado Jorge Buxadé. Estuvo ayer aquí en Herrera en COPE. Todavía no habíamos escuchado las razones, los motivos de la renuncia de Iván Espinosa de los Monteros, pero conocíamos su decisión.

Y al margen del reconocimiento, de la cortesía que impone el momento, se está contraponiendo la línea de Buxadé, más dura, más conservadora, con la de Espinosa de los Monteros, calificados ahora de liberales.

Ningún dirigente de Vox se ha atrevido a decirlo directamente en público. Solo Javier Ortega Smith ha deslizado un atisbo de crítica, sin citar a nadie. En su cuenta de Twitter o como se llame ahora, el vicepresidente de Vox escribía: “Siento mucho tu dimisión y mucho más las razones que la provocan. Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo”.

Y luego un diputado de Vox por Cataluña, que se llama Antonio Gallego, que ha sido más explícito. “Iván Espinosa de los Monteros también abandona Vox. Una verdadera pena para la política nacional. El sectarismo de Buxadé e Ignacio Garriga destroza todo lo que toca. Arrasan y arrinconan cualquier vestigio liberal e ilustrado dentro de la formación. Espero que Abascal se dé cuenta”.

Movimientos para sacar adelante la investidura

El abandono de la política del parlamentario de Vox, Espinosa de los Monteros, ha dejado en un segundo plano los movimientos para sacar adelante la investidura. Lo inmediato es la composición de la mesa del Congreso y la elección del presidente de la Cámara. El objetivo de PP y PSOE es el mismo. Que algún diputado de su partido sea el nuevo presidente del Congreso.

Los dos lo tienen igual de complicado. El PSOE porque tiene que repartir entre demasiados y, alguno de sus socios con los que tiene que conformar la mayoría de la investidura, ya le ha dicho “qué hay de lo mío”. ¿Qué quieres nuestro apoyo? Este es el precio. Y el que, hasta ahora ha sido más claro, ha sido Joan Baldoví, diputado valenciano de Compromís, uno de los 18 partidos que conforman Sumar.

En el planteamiento de partida, en la dirección del PSOE, es decir, en la cabeza de Sánchez, en ningún caso entra la posibilidad de dejar en manos de otro partido, por mucho que los necesite, la presidencia del Congreso.

Meritxell Batet da un paso a un lado

En las últimas horas, se ha producido un movimiento que trata de apaciguar las pretensiones de partidos como ERC o incluso las de Junts. La actual presidenta del Congreso, que es Meritxell Batet, diputada del PSC, ha emitido un comunicado en el que se borra de las quinielas. Dice que no se va a postular para seguir en el cargo y abre más opciones al PSOE en sus conversaciones con los independentistas.

Era una candidata que generaba mucho recelo, especialmente en Junts. Fue la número uno del PSC por Barcelona y su partido, por esta circunscripción arrasó con 13 escaños frente a los 4 de ERC y los 3 de Junts. A día de hoy, el resultado de la composición de la mesa es completamente impredecible. ¿Qué van a hacer los diputados de Junts? ¿Van a votar a un candidato de su propio partido?