Señoras, señores, me alegro, buenos días. Es 21 de septiembre, hay chubascos y tormenta afectando especialmente el sur peninsular, Cataluña y Canarias. Con el rabillo del ojo estamos mirando Estados Unidos para ver lo que pasa con la Reserva Federal, que va a subir otra vez los tipos de interés. Podría ser un 0,75. Allí ya está las cosas entre el 2,25 y el 2,05. Porque Estados unidos ha visto que con la inflación tiene el lomo más duro de lo que pensaba.

Ya saben aquello de que, cuando vemos algunas cosas en aquel lado del Atlántico, a lo mejor luego nos las encontramos aquí, es decir, que ponemos las barbas a remojar. Además, hay otro tipo de indicadores que, la verdad, no han salido demasiado bien.

La balanza comercial nos dice que hay bastante diferencia entre lo que importamos y exportamos y sigue empeorando. De menos 5300 a menos 6500 millones. Y la deuda pública, esa cosa a la que la izquierda no le dio importancia durante tantos años, marcó en julio otro máximo, casi un billón y medio de euros. Es un dinerito.

Hoy el debate es eminentemente fiscal. Ayer el gobierno puedo en marcha la máquina de desautorizar, por un lado a García-Page, que eso ya va de suyo, la Moncloa que dice que las cosas que dice García-Page, él verá y que es el típico caso de la fábula del rey desnudo, y por otra parte desautorizó al señor Escrivá. ¿Quién es? El ministro de Seguridad Social y de más cosas, también lo es de Migraciones.

¿Por qué? El señor Escrivá tuvo la feliz idea a raíz de los anuncios fiscales en Andalucía de recentralizar, o sea, aplicar un 155 fiscal, para Andalucía y Madrid, por cuanto Andalucía y Madrid cobran menos impuestos en sus tramos particulares del IRPF. Quienes pensaban que las bajadas de impuestos en Andalucía, Madrid, en Castilla y León caerán dentro de poco y van a obligar a rectificar al gobierno de España, pues no, no. Ayer se dieron de bruces y de cruces con la realidad.

El más tosco fue el ministro de Seguridad Social que propuso directamente un 155 a las regiones que intenten quitar un poco menos a los ciudadanos. ya saben ustedes que la izquierda española no disimula la pavorosa ferocidad fiscal, que lleva siempre implícita. Llamó a centralizar los impuestos, que es el eufemismo para obligar a Moreno, a Ayuso, a Mañueco a dar los mismos palos fiscales que las comunidades socialistas y el gobierno de España. Nos inventamos uno para los andares, para el respirar o el pestañear.