Miro lo difícil que resulta en estos tiempos distinguir entre la verdad y la mentira. Desde la llegada de Sánchez a Moncloa las contradicciones y las medias verdades, cuando no directamente los bulos teledirigidos, han sido el pan nuestro de cada día de la política española.

Pegasus y el móvil de Sánchez

No tengo datos para dudar que los móviles del Presidente y la ministra de Defensa fueran hackeados por el programa Pegasus, del que muy pocos españoles habíamos oído hablar, y siempre en referencia a políticos y personalidades de otros países.

Ni Macron, ni Boris Johnson anunciaron públicamente que habían sido espiados, pero España es diferente de siempre, y mucho más desde la llegada al poder del potaje de socialistas sumisos, comunistas millonarios, separatistas de amagar y no dar, y los herederos e incluso partícipes de la lacra del terrorismo etarra.

El pestazo a humo

Es tan escasa la credibilidad de este gobierno, que cuesta creer que algo sucedido hace un año, y teniendo al CNI en sus manos, salga a relucir en una rueda de prensa convocada a traición poco antes de que se iniciaran los actos del dos de mayo en un Madrid donde la izquierda está hundida con los socialistas en cabeza.

Y pocos días después de conocerse el supuesto espionaje a los golpistas catalanes, todos ellos indultados. Aunque se trate de una verdad achacable a organizaciones, seguramente gubernamentales, externas, el pestazo a humo nos hace pensar en una más de las muchas cortinas que lleva lanzadas este gobierno.

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