El 'lado bueno' de la maldición de Tutankamón que sorprende a la ciencia: el hongo que parece ser clave en la lucha contra la leucemia
Te da más detalles Javier Sierra en 'Lo Misterioso'

El 'lado bueno' de la maldición de Tutankamón que sorprende a la ciencia: el hongo que parece ser clave en la lucha contra la leucemia
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El descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 fue uno de los hallazgos arqueológicos más impactantes de la historia, no solo por la riqueza y la conservación intacta del tesoro funerario, sino también por la leyenda que rápidamente surgió en torno a la llamada "maldición de Tutankamón".
Javier Sierra, en 'Lo Misterioso', ha indicado que tras la apertura de la tumba empezaron a morir personas relacionadas con la expedición en circunstancias misteriosas.
Sin embargo, tras décadas de especulaciones, la ciencia ha ofrecido una explicación: el culpable sería un hongo, el Aspergillus flavus, que durante miles de años permaneció latente en la tumba y que, al contacto con el aire, liberó esporas letales para quienes las inhalaron sin protección, provocando infecciones pulmonares que causaron múltiples muertes.
Incluso un prestigioso médico egipcio vinculó estas muertes a la acción de este hongo en una rueda de prensa en 1962, aunque él mismo murió en un extraño accidente justo tras esa comparecencia, lo que alimentó aún más la leyenda.

Tutankamón
Lo que quizá no se esperaba es que ahora este mismo hongo pudiera tener un impacto positivo para la humanidad. Recientemente, la Universidad de Pensilvania ha anunciado un avance científico que podría convertir a unas moléculas derivadas del Aspergillus flavus en una prometedora cura para la leucemia.
Estas moléculas tienen una estructura capaz de bloquear las células cancerosas, lo que abre nuevas puertas a tratamientos oncológicos.
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El 'lado bueno' de la maldición de Tutankamón
Javier Sierra destaca que la vinculación del hongo con la maldición ha servido para captar la atención mundial hacia este descubrimiento científico. "Cualquier cosa que tenga que ver con Egipto, las pirámides o Tutankamón, ya tiene un titular asegurado", comenta. Además, apunta que los hongos, a pesar de su mala fama, han sido una fuente vital de avances en la medicina, como en el caso de la penicilina.
El misterio de los hongos no termina ahí: se calcula que existen entre tres y cuatro millones de especies de hongos en la Tierra, pero solo conocemos un 5% de ellas, lo que añade una dimensión fascinante y desconocida a la biología.
"En la época victoriana, se molían momias para hacer polvo medicinal"
En arqueología, la exposición a estos hongos ha sido peligrosa, como muestra el caso del obispo Karol Wojtyla (futuro Papa Juan Pablo II), quien autorizó en 1973 la apertura de la tumba de Casimiro IV en Polonia, donde diez de los doce arqueólogos que participaron fallecieron semanas después debido a infecciones por Aspergillus flavus.

Tutankamón
Este fenómeno no es exclusivo de Egipto ni de la antigüedad, sino un riesgo real y actual que ha llevado a desarrollar protocolos estrictos para proteger a los investigadores al manipular momias y sarcófagos.
Javier Sierra añade una reflexión de cierre sobre el trato histórico a las momias: "En la época victoriana, se molían momias para hacer polvo medicinal e incluso se usaban como combustible para trenes en Egipto, algo que hoy nos parecería impensable y cruel".
La historia de la maldición de Tutankamón no solo es un mito fascinante, sino también un recordatorio de los riesgos y misterios que encierra la arqueología, y ahora, sorprendentemente, un símbolo de esperanza para la medicina moderna.