Bianca Thoilliez, sobre el Belén "sin rostros" de Bruselas: "No es que el Belén sea islamista, porque no lo es, pero sí puede verse como un paso en ese vaciamiento simbólico"
Una obra artística en la Grand Place, calificada de ‘compatible con la sharia’, cuestiona si la inclusión debe pasar por vaciar de sentido las tradiciones propias

El polémico Portal de Belén colocado en Bruselas
Madrid - Publicado el
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La instalación de un moderno e 'inclusivo' Belén en la emblemática Grand Place de Bruselas ha encendido un profundo debate sobre la gestión de los símbolos y la identidad colectiva en Europa. La controversia ha sido analizada en 'Herrera en COPE', donde Jorge Bustos ha conversado sobre el asunto con Bianca Thoilliez, profesora de Teoría de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid.
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El polémico Belén de Bruselas, por Bianca Thoilliez | Laboratorio de Ideas
El Belén, obra de un artista local, presenta las figuras tradicionales sin rasgos faciales, una decisión que, según el consistorio bruselense, busca que “todo el mundo pueda sentirse identificado”.
Un belén 'amordazado'
Para la profesora Thoilliez, esta representación despoja al Belén de su propósito original. Según ha explicado, los belenes se crearon en el siglo XIII con una “potencia didáctica” que aquí se pierde por completo. “Al suprimir los rostros, se está diciendo que para que nadie se sienta incómodo, pues mejor nos borramos todos”, ha señalado la experta, comparando la instalación con “montones de colada acumulados por el suelo”.
Un Belén como este, sin rostros, no dice nada, está amordazado"
Profesora de Teoría de la Educación
Thoilliez ha recordado que no es una polémica nueva, aludiendo a “nuestros propios episodios nacionales belenistas”, como el Belén de cajas de madera impulsado por Ada Colau en Barcelona, que también generó un fuerte rechazo. En aquella ocasión, la asociación de pesebristas recordó lo obvio: si la escena que representa ya no se entiende, pierde su razón de ser. “Tú miras el Belén de la Grand Place de Bruselas y de verdad que no puedes decir bien si es un Belén o una tienda bereber”, ha añadido, insistiendo en que “un Belén como este, sin rostros, no dice nada, está amordazado”.

Imagen de recurso de un Portal de Belén
Compatible con la 'sharia'
Uno de los puntos más polémicos es la idea de que el Belén es “compatible con la sharia”. Esta expresión, acuñada por la investigadora francesa Florence Bergeaud-Blackler, se basa en la tradición iconoclasta del Islam, que prohíbe representar rostros humanos para evitar la idolatría. Thoilliez ha aclarado que no significa que el Belén sea islámico, sino que “visualmente recuerda a esos materiales iconoclastas” presentes en la literatura religiosa de algunos países musulmanes, donde las figuras humanas se dibujan sin facciones.
Este enfoque, según la experta, se enmarca en un “clima de hiperprudencia” y “autocensura preventiva” que se vive en varios países de Europa. Ha puesto como ejemplos a profesores que evitan usar imágenes con desnudos o museos que limitan ciertas obras por miedo a ofender sensibilidades, un ambiente condicionado por atentados terroristas como el de 'Charlie Hebdo'. En este contexto, un Belén sin caras “se presta inmediatamente a una lectura política”.

Figura que representa al Niño Jesús "sin rostro" del polémico Belén colocado en Bruselas
El riesgo del 'vacío cultural'
Algunos críticos, ha explicado Thoilliez, consideran que esta obra participa en la “coproducción social de la islamización” en Europa. Este fenómeno no avanzaría solo por la acción de los islamistas, sino por la “colaboración involuntaria” de una sociedad que, por distintos motivos, contribuye al mismo fin. “Unos, porque cuanto más variado o mejor añadamos símbolos de todas las culturas para ser inclusivos; otros, porque mejor no destacar lo propio no vaya a ser que se interprete como una imposición”, ha detallado.
Cuando una sociedad borra lo propio, no crea neutralidad, lo que crea son vacíos"
Profesora de Teoría de la Educación
El resultado, ha advertido la profesora, es que “las culturas locales se irían desdibujando por una sucesión de pequeñas decisiones aparentemente inocuas”. Ha afirmado que “cuando una sociedad borra lo propio, no crea neutralidad, lo que crea son vacíos”, y ha añadido que “esos vacíos los acaba ocupando quien sí tiene un proyecto cultural fuerte”. Aunque el Belén fue aprobado por las autoridades eclesiales, se percibe como un paso en ese “vaciamiento simbólico”. Como triste prueba, a los pocos días de su inauguración, la figura del Niño Jesús apareció decapitada.
A modo de conclusión, Thoilliez y Bustos han coincidido en que la indignación generada demuestra que la sociedad europea sigue “culturalmente viva”. Para la experta, una inclusión más inteligente no consiste en “suavizar lo propio”, sino en “explicar lo que es un Belén a quien no lo conozca”. La polémica, en definitiva, es una señal de que los ciudadanos no están “dormidos” ante un debate fundamental sobre las raíces del continente, del que, como ha recordado Bustos, “Europa es un producto del cristianismo”.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



