El profesorJosé María Gay de Liébana analiza en‘Herrera en COPE’ las claves económicas del día

A veces da la impresión que por estos andurriales vamos con el paso cambiado e igual nos quedaremos descolgados. Estamos inmersos, Pilar, en una vorágine que menoscaba nuestra economía, cuyos pilares, que son las empresas y el empleo, se bambolean. Los ERTE prorrogan su vigencia hasta septiembre, aunque habrá que plantearse si deben prolongarse hasta final de año y quizá será necesario alargar más su horizonte temporal, hasta 2021. Todo depende de que la actividad económica, anegada por tanta incertidumbre de variado calibre, vaya recobrando su pulso normal.

Si Europa va en una dirección, nosotros tenemos que ir por ahí. Nuestro entorno, que es la referencia, o sea, Alemania, Francia e Italia - las tres primeras potencias europeas - decide prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo hasta fin de año. Las autoridades alemanas, francesas e italianas son conscientes del shock económico y del impacto que vendrá al final del verano. Francia habla de alargar los ERTE dos años. Si 2020 es el año del castañazo, 2021 será un calvario, Pilar.

No acaba aquí el recetario para estimular la abatida economía europea. Alemania baja el IVA. Italia hace lo propio y además baja el IRPF y para animar al personal propone emprender una reforma fiscal global que reduzca la cuña fiscal que grava el trabajo.

Y por aquí se insinúa con machacarnos con más impuestos y exprimirnos hasta la última gota de jugo tributario… Más IRPF, más Patrimonio, más Sucesiones, Tasa Google, Tasa Tobin y cuantos engendros de similar peaje se vayan pariendo.

Ésta, Pilar, no es la senda que seguir justo el día en que acaba el nefasto primer semestre de 2020.

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