A un conocido youtuber japonés, llamado Mutekimaru, le pareció una excelente idea que sus peces echaran una partida a los videojuegos. Sí sus peces, como lees. Para ello, decidió una curiosa medida: introducirles en el mundo Pokémon. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo lo hizo?

En primer lugar, creó una interfaz que vinculaba los movimientos de éstos con los botones del mando y decidió retransmitir el resultado en directo por Internet.

Sin embargo, no tuvo en cuenta los riesgos. En un primer momento, todo parecía marchar bien. Las primeras sesiones transcurrieron con éxito, pero los problemas llegaron después.

En la última sesión, el mundo virtual se hizo con los mandos. En mitad de una retransmisión, la interfaz de Mutekimaru falló y el pez pudo navegar por la página de inicio de la consola. Los peces consiguieron salir del juego, accediendo al menú principal de la consola. Y allí, sus movimientos les llevaron a cambiar el nombre de usuario del youtuber, hasta mostrar los datos de la tarjeta bancaria que tenía vinculada al dispositivo.

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El pez no solo enseñó información financiera, sino que comenzó a comprar productos de la tienda. Por ejemplo, descargó la app que permite jugar a otros juegos, compró un nuevo avatar, cambio el nombre de usuario por 'ROWAWAWAWA' y solicitó un correo de confirmación de PayPal.

Tras realizar estas operaciones en la consola, el pez la apagó y el youtuber tardó en enterarse de lo que había pasado. Se podrán imaginar su reacción cuando se dio cuenta de lo que pasaba.

Por fortuna para él, la empresa le devolvió todo el dinero tras explicarles lo sucedido. Imagina la cara de que se les quedó cuando el chaval les contó que las compras, las habían hecho -por error- sus peces.

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Un hecho difícil de creer, pero cierto.