Sus padres deseaban tanto tener un hijo que se sometieron a una fecundación in vitro, pero cuando el pequeño nació en un hospital de Turín, lo abandonaron. Los médicos le habían diagnosticado una enfermedad rara.

Esta enfermedad se llama “ictiosis arlequín” y es muy poco frecuente. Sus efectos son visibles desde el nacimiento: la piel se cubre de escamas y sus párpados y labios están dados la vuelta y presenta ciertas malformaciones en la nariz, las orejas y los dedos.

Sin embargo, Giovannino no presenta ninguna afectación neurológica, simplemente no puede exponerse a la luz.

"Sonríe cuando escucha música", ha dicho el jefe de la unidad de neonatos del hospital, Daniele Farina. "Es un niño precioso al que le encanta que le paseen".

Desde que el miércoles se conoció la historia de Giovannino en los medios de comunicación italianos, muchas personas han contactado con el hospital ofreciéndose a adoptarlo. Algunas han enviado sentidas cartas describiendo cómo les gustaría acogerlo en sus hogares.

La Piccola Casa della Divina Providenza del Cottolengo se ha presentado para acoger al pequeño y la propia región del Piamonte, en la que se encuentra Turín, ya ha ofrecido su ayuda a esta institución caritativa.

Giovannino tendrá quien lo cuide y hasta quien le quiera y seguirá sonriendo cuando escuche música.