Este martes nos deja, también, la historia de los siete vecinos de Fuenteodra, un pequeño pueblo de Burgos.

Allí, la magnífica iglesia del siglo XVI se cae a pedazos. Hace ya 15 años que se celebró la última misa. Y el paso del tiempo ha provocado que aparezcan grietas y humedades que amenazan su estructura. Algo que no pasaba desapercibido para los siete vecinos. De hecho, cada vez que paseaban cerca de la iglesia se les encogía el corazón. Allí, habían sido bautizados, habían hecho su primera comunión, se habían casado e incluso, había celebrado el entierro de sus familiares.

Por eso, los vecinos pidieron presupuesto y se enteraron que necesitaban unos 30.000 euros para poner en marcha las obras de restauración. Así que, hace una semana, lanzaron una campaña de recogida de fondos a través de Internet. Necesitaban 20.000 euros porque los primeros 10.000 ya los tenían. Y el éxito ha sido rotundo.

Desde la semana pasada, 420 personas han aportado su granito de arena para mantener en pie la iglesia de San Lorenzo. Un bonito gesto hacia estos siete vecinos que ven, en este templo, uno de los últimos recuerdos de un tiempo pasado que, en este caso, sí que fue mejor.

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