La llamada que recibe un reputado orfebre español que supone todo un desafío en su carrera: "Emoción"
Es la 'Historia del Día' que nos cuenta María José Navarro este jueves

La llamada que recibe un reputado orfebre español que supone todo un desafío en su carrera: así reacciona y así lo afronta
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No todos los días tiene uno la suerte que ha tenido Fernando Piró. Y es que no todos los días le encargan a uno que restaure el resplandor, la corona de su patrona. Pues a Fernando le ha ocurrido. La cosa empezó pasadas las fiestas del Pilar del año pasado. Le llamó el Cabildo y le dijo: haga Vd el favor de ocuparse de recuperar la corona de diario de La Pilarica.

Fernando Piró
Fernando Piró es uno de los mejores orfebres, no ya de Zaragoza, sino de toda España. Ha usado, siempre en silencio, oro puro y piedras preciosas donadas a la Basílica. Lo sabía su mujer y lo sabía su padre, con el que ha compartido el entusiasmo, la responsabilidad y la devoción profunda hacia La Virgen del Pilar.
A la propia emoción de Fernando, se suma la de todos los zaragozanos. Desde que el lunes se supo la noticia y abrió la tienda, está abrumado con tanto cariño.
Así que Fernando ha dejado aún más resplandeciente a la Madre de todos, a una de las Vírgenes más veneradas en todo el mundo. Ha embellecido lo que ya, de por sí, es perfecto.
Historia, devoción y milagros de la Virgen del Pilar, primera aparición mariana de todos los tiempos
Miles son los peregrinos y de todas las nacionalidades que acuden cada año a rezar a La Virgen del Pilar en Zaragoza, donde se encuentra su Basílica, una de las más antiguas de España. En su interior se encuentra la columna sobre la cual la Virgen se apareció al Apóstol Santiago durante la evangelización de España en el año 40 después de Cristo, y que es la aparición mariana más antigua reconocida por la Iglesia.
Tal y como se recoge en unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, la historia de la Virgen del Pilar, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo.
En el año 40 después de Cristo, los Apóstoles habían empezado a cumplir la misión de predicar el Evangelio. Los documentos dicen textualmente que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro".

Imagen del interior de la Basílica del Pilar.
Apóstol fue viendo que aquella civilización era increíblemente dura. Era muy difícil hacer llegar a esas gentes las palabras del Evangelio, por lo que, Santiago comienza a desanimarse al ver que su esfuerzo no da frutos. Pero en la noche del 2 de enero del año 40 AD, Santiago, que se encontraba descansando con sus discípulos junto al río Ebro, de repente "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol".
La Santísima Virgen, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos, comenzaron a edificar una iglesia en aquel sitio. Pero antes que estuviese terminada, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresar a Judea.