Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en el dinero de los secesionistas catalanes:

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"Por fin, en Cataluña se habla del asunto importante de verdad, del motor de las acciones, del impulsor del nacionalismo, o sea, del dinero. El nacionalismo moderno tiene su masa madre en dos palabras que son la síntesis de la última aventura a caballo del siglo XX y XXI, y estas dos palabras son “Banca Catalana”. Allí está el origen de cómo el dinero se envolvió en la bandera nacionalista y se acusó a quien osara investigar el caso de estar manchando con sus sucias manos de contable la emoción nacionalista.

Casi medio siglo después, volvemos a la casilla de salida, y esta vez no es Pujol el que está acusado de una gestión bancaria temeraria y desastrosa, como quedó probado, sino de la malversación del dinero público, que al contrario de lo que dijo la ilustre Carmen Calvo, que no era de nadie, pertenece a los españoles que, con sus tributos, pagamos la merienda de todos, incluido el sueldo de doña Carmen. La presión política fue tal que Jordi Pujol se vio libre de culpa, lo que le permitió volver a fundar la banda de los cinco, y establecer oficialmente lo que ha sido la columna vertebral del nacionalismo más reciente: la mordida.

Hoy, el Tribunal de Cuenta quiere que las rindan los que se gastaron el dinero publico en viajes de propaganda, subvenciones para chiringuitos y diversas alegrías que los demás pagamos a escote. Eso, el ministro mentiroso Ábalos, especialista en ayudar a pasar maletas por Barajas, lo considera una piedra en el camino. Pero es una piedra gorda, muy gorda, y aunque conocemos los afanes del Gobierno, no va a ser fácil que los del Tribunal de Cuentas se comporten con la misma generosidad con que el Banco de España se portó con los Pujol, pagando la bancarrota con el dinero del Fondo de Garantías.

La cacicada de los indultos es legal, pero torcerle el brazo al Tribunal de Cuentas sería un delito. No es una piedra, mentiroso ministro Ábalos: es un pedrusco de grandes dimensiones. Y ya decía Maquiavelo que un hombre puede olvidar quién asesinó a su padre, pero nunca olvida quién le quitó la bolsa. Les habéis dado la libertad a los golpistas, pero si les embargan los bienes, no habrá servido de nada. Y es que hemos llegado a los cimientos del nacionalismo, es decir, hemos llegado al dinero. Y eso es más doloroso que unos meses de cárcel".

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