

"Los enemigos del juez Peinado van a tener que esforzarse para meter en el mismo saco del 'lawfare' a la Guardia Civil y a la intervención general del Estado de Hacienda"
Jorge Bustos explica en Herrera en COPE las dos informaciones clave sobre el caso de Begoña Gómez que se han conocido este lunes
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Ayer no fue un buen día para el gobierno en términos judiciales. La verdad es que ya no sé si va a haber un buen día para el gobierno en términos judiciales de aquí al final de la legislatura. Hay tantas causas abiertas, hay tantos jueces distintos investigando, hay tantos agentes de la Guardia Civil haciendo su trabajo con independencia y con rigor, que es inevitable que cada semana los medios de comunicación vayamos dando puntual cuenta de las novedades de cada procedimiento abierto contra el Gobierno, contra el partido del Gobierno y contra la familia del presidente del Gobierno. Vamos por partes para no perdernos, porque el bosque de la corrupción sanchista ya es tan frondoso que no nos deja ver los Koldos.
Empecemos con Begoña Gómez, que ayer recibió dos malas noticias. La primera mala noticia partió de la intervención general del Estado. Ojo, no de la 'buloesfera' ni de la máquina del fango, de la intervención general del Estado que depende del Ministerio de Hacienda. O sea, de María Jesús Montero, que tampoco puede estar la mujer se conoce encima de cada funcionario para presionar en favor de su amiga Bego. Bueno, pues resulta que la intervención general ha descubierto hasta 16 irregularidades en el proceso de adjudicación que terminó concediendo tres contratos al empresario Juan Carlos Barrabés por un valor total de 10,2 millones de euros.
¿Y quién era este Barrabés? Bueno, pues un empresario muy amigo del matrimonio Sánchez-Gómez. Esquiaban juntos en el Pirineo aragonés y la verdad es que hicieron buenas migas ahí en la montaña, 'la sociedad de la nieve' podríamos llamarla, solo que en vez de carne humana se alimentaban de dinero público porque Barrabés patrocinaba los chiringos de la erudita Gómez, la cátedra de la Complutense, el Africa Center del Instituto de Empresa y a cambio, doña Begoña le escribió unas cartas de recomendación muy favorables a Barrabés, cartas que hoy sabemos que fueron decisivas para inclinar a su favor la balanza de la adjudicación de contratos millonarios, contratos con dinero público.
¿Y cómo lo sabemos? Pues porque en un informe entregado el pasado mes de agosto por la Fiscalía Europea al juzgado de instrucción 41 de Madrid, que es el de Peinado, los interventores denuncian que se eliminaron datos para permitir la victoria de la empresa recomendada por la mujer de Pedro Sánchez y denuncian además que se dieron instrucciones para bajar la puntuación de los licitadores rivales. Claro, con pólvora de Moncloa gana cualquiera un contrato, ¿verdad? El propio Barrabés ha reconocido en sede judicial que se reunió ocho veces en Moncloa con Begoña Gómez, ocho. Y que en un par de esas ocasiones también estuvo presente el propio Pedro Sánchez, que incluso alabó públicamente la excelencia empresarial del grupo Barrabés en algún acto oficial. Claro. Bombona de oxígeno público se sube bastante mejor la montaña empresarial.
La asistente de Begoña Gómez
Bueno, lo segunda, la segunda mala noticia que recibió ayer nuestra primera dama llega directamente de la UCO porque los agentes de la Guardia Civil han analizado los 120 mails que se cruzó Cristina Álvarez con el entonces vicerrector de la Complutense y han elaborado un informe que acaban de entregar al juez Peinado y que desmonta la tesis de que el asistente de Doña Begoña, si acaso le echaba una mano ahí de forma esporádica. Pues no, en absoluto. Cristina Álvarez se encargaba de forma constante de las gestiones relacionadas con la cátedra de la esposa del presidente del gobierno.
Búsqueda de fondos, contactos con los patrocinadores, información sobre las adendas de los convenios suscritos con empresas de Ibex 35, etcétera, etcétera. Hoy cuenta El Mundo que Álvarez intermedió con 11 empresas. Con 11. O sea, era una trabajadora de Moncloa pagada con dinero público que empleaba su jornada laboral y los recursos oficiales de la sede del Ejecutivo Español para engrasar los negocios privados de Begoña Gómez. Y eso, queridos niños, se parece mucho a un delito de malversación, aunque eso lo tendrá que enjuiciar un jurado popular por decisión del juez. Ahora, de momento, me temo que los enemigos del juez Peinado van a tener que esforzarse para meter en el mismo saco del 'lawfare' a la Guardia Civil y a la intervención general del Estado del Ministerio de María Jesús Montero.
Ábalos y Jéssica
Hay otra mujer que fue noticia ayer. Su nombre es Jéssica. A ver, ¿cómo te explico la naturaleza de su relación con José Luis Ábalos en horario infantil? Bueno, están Dante y Beatriz, Laura y Petrarca, Dulcinea y Don Quijote, Leonor y Antonio Machado. Bueno, pues lo de Jessi y José Luis, nada que ver, todo lo contrario, cero platonismo. 100% materialismo, se entiende, ¿no? Bueno, a cambio de sus favores, Ábalos colocó a la Jessie en una empresa pública llamada Tragsatec y ahora los mails de la jefa de Jessie en Tragsatec han llegado a la Audiencia Nacional y dicen cosas como esta.
“Jessica. Veo que sigues sin tener fichajes grabados. ¿Algún problema? Buenos días, Jessica. Estoy viendo que no tienes guardados los fichajes. Los fichajes son los que generan los cheques restaurante. Si no hay fichajes guardados, No hay cheques. Llámame cuando puedas y te explico. Un saludo”.
Así que se va confirmando lo que todos sospechábamos, que los españoles estuvimos pagando de nuestros impuestos los vicios privados de la mano derecha del presidente del gobierno. Vicios con los que una trama corrupta compraba la voluntad del ministro con más presupuesto del gobierno.
El testimonio de María Chivite
Pero es que ayer hubo más noticias. Ayer supimos también que la Fiscalía Europea ha preguntado al Supremo por los negocios del sucesor de Ábalos al frente de la Secretaría de Organización del PSOE, don Santos Cerdán, recientemente empadronado en Soto del Real. Porque si hay fondos europeos involucrados en la corrupción de Cerdán, entonces la Fiscalía Europea tiene derecho a quedarse con esa parte del caso.
Y a propósito de esto, ayer declaró en el Senado la presidenta de Navarra, María Chivite, que reconoció la mediación y la presencia de su padrino político Santos Cerdán en varias reuniones con el ministerio y con las empresas adjudicatarias. Luego se apresuró a añadir que no hablaron del túnel de Belate. Adjudicado que casualidad a la empresa de Santos Cerdán. Quizás se dio cuenta de su contradicción porque luego Chivite se puso un poco nerviosa y montó un numerito victimista un poco grotesco, la verdad y hablando de 'caza de brujas'. ¿Pero qué caza de brujas, presidenta? Que esto no es Zugarramurdi, esto es el Senado de una democracia parlamentaria, que su mentor lleva tres meses en el trullo como cabecilla de una trama que amañaba obra pública, obra pública como la que usted adjudicó para el túnel de Belate. 70 millones de euros. Así que menos victimismo que ya ve usted de lo que le ha servido esa estrategia a su amigo Santos.
Mira, lo que está pasando aquí se veía venir. Cuando Pedro Sánchez, sobre todo a partir de los actos de boicot a la vuelta ciclista, se puso a ar políticamente la tragedia de Gaza para desviar la atención de sus problemas judiciales. Algunos avisamos y lo hicimos aquí en Herrera en Cope, de que el problema de las cortinas de humo es que el humo se disipa muy rápido y cuando se disipa lo que queda es lo que había, lo que hay y lo que habrá. El persistente olor a podrido de la corrupción.



