Antonio Agredano y participar en un estudio: "Nada dice más de nosotros mismos que las cosas que no tenemos claras"
El cronista de Herrera en COPE pone letra a todas esas curiosidades que conocen nuestros Fósforos

Participé en un estudio, por Antonio Agredano | Crónicas Perplejas
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Un estudio sobre arritmias, probar bebidas o estropajos... son muchos los ejemplos que han puesto nuestros Fósforos sobre estudios en lo que han participado. Antonio Agredano deja su firma diaria al tema del día en Herrera en COPE.
PARTICIPÉ EN UN ESTUDIO

Participé en un estudio, por Antonio Agredano | Crónicas Perplejas
Varón de 45 años con tendencia a engordar. Espalda dolorida. Nula coordinación. Con mal humor al despertarse. Con entusiasmo transitorio. Aficionado al cine de peleas y también al de indios y vaqueros. Buen comensal, mejor bebensal. Cierta tendencia al karaoke y al arrepentimiento. Dos hijos. Un bajo eléctrico abandonado. Muchos proyectos por terminar. Sin bienes inmuebles. Con miedo a que todo esto acabe. Enemistado con el tiempo y con la apatía.
Y poco más podrían decir de mí. Porque pocas cosas tengo claras. En una encuesta, soy del porcentaje que baila de un lado a otro de las gráficas. Dudar es mi único talento. No dar nada por sentado. Intentar no dejarme arrastrar por la corriente de los demás. Conservar en mí cierta rebeldía. Algún pero. Rascar la superficie para ver que hay por dentro.
Siempre me han inquietado esas personas que presumen de no haber cambiado nunca. De pensar lo mismo que pensaban con veinte años. Que tan seguros están de sus decisiones, de sus opiniones, de cómo pisan el mundo.
Yo no valgo para eso. No digo que sea mejor, digo que no sirvo para eso. Que ahora amo cosas que antes odié y que he defendido cosas que ahora me horrorizan. A la gente así se les llama «veletas». Pero a mí no me mueve el viento, a mí me mueve la duda, no saber, adecuarme a la vida y a mi tiempo. Y no tener miedo de estar en un lado cuando antes estuve en otro, y al revés. Porque la vida es un tablero, no una casilla. Y aunque sea como un peón, doy pasitos tímidos, hacia cualquier otro lado.
En la encuesta soy el que ni sabe ni contesta. Porque prefiero el silencio a la imposición. Porque prefiero que sean otros los que hablen. Y yo escuchar, y yo titubear, y no dar nada por seguro. Porque mi único poder es la curiosidad. Porque nada dice más de nosotros mismos que las cosas que no tenemos claras. Porque siempre habito la perplejidad, porque siempre huyo de la certeza.



