No parece ser que todo lo que hemos sufrido durante estos largos meses haya limpiado nuestra conciencia y como pensábamos nos iba a hacer cambiar. Una vez que España ha ido desconfinándose, más gente ha vuelto a sus puestos de trabajo, más paseos, deportes en la calle… Y aquí es donde está el problema, las personas tiran sus mascarillas y guantes a la calle, al suelo… sin importarles las consecuencias.

Hace unos días nos hacíamos eco en‘Herrera en COPE’ en la 'Historia del día' de la advertencia que nos llegaba desde Francia, que en el caso de seguir así, sin tener ningún cuidado, este año habrá más mascarillas que medusas en el Mediterráneo. Como bien dice el catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia, Ángel Pérez Ruzafa, “todo este tipo de cosas es un problema de sensibilidad, educación y no solo ambiental sino cívica. Y con esa falta de sensibilidad es con lo que perdemos la capacidad de valorar las consecuencias de actos tan tontos, sencillos y cotidianos como reciclar bien las cosas”.

Nos explica Ángel que “el verdadero problema que se genera es el mismo que con las compresas, los residuos sanitarios, pañuelos, todo este tipo de cosas que se arrojan a la basura sin un planteamiento que tiene consecuencias y los daños que hacen en el Medio Ambiente y sobre todo en el mar que se confunden con otro tipos de organismos, que luego además son

Destaca el catedrático que “la mascarilla no es un producto desechable sin más sino que tiene que ser retirado, y lo que pasa es que no se ha tomado con suficiente interés esas medidas de reciclado”.