Nacho Abad, periodista de sucesos: "El agresor de Encarnita Polo, de 80 años, no había mostrado signos de agresividad previos"
Entre los temas de actualidad, el experto aporta los últimos datos sobre lo ocurrido en la residencia de Ávila en la que vivía la cantante y actriz

Nacho Abad analiza los sucesos más cruentos de la semana con Cristina López Schlichting
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En las últimas horas, ha impactado la noticia de la muerte de la cantante y actriz, Encarnita Polo, estrangulada en la residencia de Ávila en la que vivía.
La Policía investiga la muerte de la cantante de 86 años y mantiene bajo custodia policial en un centro psiquiátrico hospitalario al octogenario acusado del asesinato. Permanecerá así hasta que sus condiciones le permitan pasar a disposición judicial.
Según la información que maneja Nacho Abad, la Brigada de Policía Judicial de Ávila sigue investigando en la residencia Decanos de esta ciudad castellanoleonesa. "Parece ser que la principal hipótesis, lo deben tener más que claro y simplemente lo apuntan por ahí, es que la muerte de Encarnita, a falta de los resultados de la autopsia, es debida a una agresión de un compañero de unos 80 años, que tendría un problema, una enfermedad mental y la habría atacado sorpresivamente para asesinarla".
"Lo que dicen en la residencia es que este anciano no tenía signos de agresividad previos, que es la primera vez que ha demostrado esa agresividad. Lo han tenido que ingresar en un servicio de psiquiatría".
Por cierto, la familia de la artista sevillana, muy famosa en los años 70 y 80, han informado de que Encarnita Polo será enterrada en Ávila después de celebrarse un acto en el velatorio en el que se encuentran sus restos mortales.
Un robo que acabó en asesinato
El especialista en sucesos también ha abordado con Cristina López Schlichting un caso truculento ocurrido en 2022 en Málaga cuando un joven de 22 años, con un cómplice menor de edad, asesinó a su madre adoptiva para robarla.
La Fiscalía de Málaga ha solicitado una pena de 27 años de prisión para este joven. Un crimen "brutal" que se desencadenó por un móvil económico y que culminó con un macabro plan para deshacerse del cadáver.
Tras acceder con violencia a la vivienda, le exigieron a la mujer el número PIN de su tarjeta bancaria. Según ha relatado Nacho Abad, "la mujer les da el número pin inmediatamente. Lo intenta, mejor dicho, intenta darles el pin, pero al final no le da el pin de forma rápida, como ellos quieren y se enfadan".
Ante la demora, la ataron de pies y manos, la amordazaron y finalmente la estrangularon con una cuerda hasta causarle la muerte. Tras cometer el crimen, los asaltantes registraron la casa y encontraron 900 euros en efectivo que la víctima guardaba en su bolso.
El neuropsiquiatra forense José Miguel Gaona ha destacado la crueldad del acto, explicando que un estrangulamiento "suele ser progresivo" y no un acto accidental. Según Gaona, en un crimen de estas características "se observa cómo la víctima comienza, evidentemente, a sufrir un proceso de asfixia, con lo cual hay tiempo para arrepentirse, para evitar el final inevitable".
El macabro plan para ocultar el cuerpo
Tras el asesinato, los autores del crimen idearon un plan para ocultar lo sucedido. En un primer momento, y para evitar que el cuerpo comenzara a descomponerse, "se les ocurre, pues, meter el el cuerpo en una en un congelador", ha detallado Abad. Además, limpiaron la escena del crimen para no dejar rastros.
Dos días después, preocupados por si alguien descubría el cuerpo, lo trasladaron a un baúl en un trastero de un familiar. Finalmente, 48 horas más tarde, robaron un carrito de un supermercado, envolvieron el cadáver en una bolsa de plástico y lo arrojaron a una arqueta en la barriada de Teatinos, al norte de Málaga.
La mentira que destapó la investigación
La familia de la víctima, extrañada por su ausencia, denunció la desaparición. Al ser interrogado, el hijo adoptivo aseguró que su madre "se iba a ir a a Barcelona a ver unos amigos de viaje". Incluso acompañó al hermano de la víctima a la comisaría para aportar estos datos falsos a la Policía Nacional.
Sin embargo, la policía "que no es tonta, empieza a sospechar de que ahí hay algo raro", ha señalado Abad. Los agentes registraron la casa y comprobaron que el desorden era compatible con un robo y no con la marcha voluntaria de una persona. Las sospechas se centraron en el hijo, que, al verse presionado por los investigadores, "se derrota y confiesa, y y derrota y confiesa dónde está el cadáver".
Durante el juicio, el acusado pidió perdón por los hechos, un gesto que el doctor Gaona ha puesto en perspectiva. El experto ha diferenciado entre el arrepentimiento genuino tras "un arrebato" y las disculpas en crímenes planeados donde "tienen tiempo a lo largo de las minutos o de las horas de arrepentirse, y, sin embargo, no lo hacen".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.





