Hay quien tiene miedo a las arañas, a las alturas, a los ascensores... Pero el miedo puede ser útil, de hecho, según Marian “el miedo es una emoción, y como emoción, es positiva”. Está muy relacionado con nuestro instinto de supervivencia, el miedo nos hace sobrevivir y superar situaciones límite.

Claro que hay muchos tipos de miedo: el infundado o imaginario, el real o el de preocupación, el “y si...”.

“El 90% de las cosas que más nos preocupan jamás suceden” dice la psiquiatra, aunque nuestro cuerpo y nuestra mente no distingue lo que es real de lo imaginario. Ahora bien, cómo nos enfrentemos a nuestros miedos puede desmbocar en un problema psiquiátrico. Marian Rojas lo ha explicado con un ejemplo muy claro: “sales a la calle y te encuentras en una situación que te genera miedo y el cuerpo reacciona con la sudoración y la taquicardia. Esto es normal. Lo anormal es no volver a salir a la calle. El miedo se transforma en fobia”. Es algo que normalmente viene acompañado de una sensación demasiado fuerte, convirtiendo una miedo normal y racional en algo psicológico. Es el fenómeno de la evitación. Pasas de protegerte de algo a autoimponerte un límite.

El miedo es la manera de superar un reto, mientras que la fobia es sentirte bloqueado por algo. Suelen tener su base en una vivencia personal, normalmente algo que te sucedió en la infancia. Unas turbulencias fuertes en un avión, caerse de un caballo o el mordisco de un perro. Pero claro, también pasa en la edad adulta. Ha contado el caso de una paciente: “no apareció el novio el día de la boda y ahora tiene terror a que la gente le falle”.

La psiquiatra ha hablado de 5 miedos básicos

.- El miedo a la muerte, evidente en su enunciado. En institnto más fuerte del ser humano es el instinto de supervivencia. De aquí derivan todos esos miedos que pueden poner en peligro nuestra vida

.- El miedo a la pérdida de autonomía. Es decir, el estar encerrado en un sitio y no poder salir. De aquí sale la claustrofobia o el miedo al compromiso. Un sitio en el que me siento controlado.

.- El miedo a la mutilación. Puede ser a las hélices, en el que la médico ha puesto su caso personal, que no se puede acercar al motor de una lancha.

.- El miedo a la soledad. La pérdida de que me dejen solo, que se ve en los celos o en la envidia, que puede yacer en la inseguridad.

.- El miedo al perjuicio de uno mismo. El hecho de sentirse humillado o pasar vergüenza y no quiere ir a lugares en los que se pone en peligro esa integridad.

Pero el miedo se puede superar. “Hay miedos que son normales” explica Marian Rojas, “hay que vivir con el miedo sin que te impida hacer una vida normal”. Lo primero es identificar el miedo, después pensar por qué le tengo miedo porque “hay técnicas de sensibilización que ayudan en este tema”. Lo tercero es hacerle frente a ese miedo, “no de golpe, para evitar los golpes de pánico”.

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La emoción, según la médico, es más fuerte que el recuerdo de algo concreto. “Te acuerdas antes de cómo lo pasaste en tu último cumpleaños que de qué comiste”. El secreto está en mitigar el recuerdo que tenemos de determinado miedo.

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