Llevamos más de 2.000 años usando balas de los romanos: así eran y así son ahora
El escritor Paco Álvarez vuelve a Fin de Semana con Cristina para demostrar, una vez más, que somos más romanos de lo que pensamos

Llevamos más de 2.000 años usando balas de los romanos: así eran y así son ahora
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Hay quien opina que hemos cambiado muy poco desde los tiempos de la Roma clásica y, aunque lo pueda parecer, no es broma. El escritor Paco Álvarez pretende demostrar, en Fin de Semana con Cristina que somos mucho más romanos de lo que creíamos.
El autor de “Estamos locos estos romanos” detalla que las balas de plomo, las que matan... son un invento romano. No había pistolas, eso es cierto, pero es que “tenían hondas. De hecho lo que está documentado es que en el siglo I a.C. las balas de plomo las utilizaban ya los honderos baleares, que eran un cuerpo de élite íbero, tan famoso que del verbo romano balleo, que significa “lanzar”, viene no sólo el nombre de “bala” sino también el de las islas “baleares”, llamadas así porque los mejores lanzadores de “balas” eran originarios de esas islas. Lanzaban las balas por medio de hondas, el arma esa que se hace girar con una piedra en un extremo y unos cordeles. En las guerras civiles romanas sertorianas, que duraron diez años y tuvieron lugar, cómo no, en Hispania, se pensó que en vez de andar buscando piedras de río, era mejor fabricar un proyectil, del latín proiicere, normalizado y fabricado con un metal barato y dúctil, como el plomo”.
¿Y estas “balas” de plomo eran mortales? ¿Se han conservado algunas? “Sí, las hay a millares todavía por los campos de Hispania. Eran tan mortales que podían lanzarse a unos 160 km/h y giraban en el aire, alcanzando una precisión impresionante. Podían atravesar cualquier armadura de la época a cierta distancia. Además, al ser de metal fundido podía grabarse en la bala insultos o maldiciones para el enemigo, o el nombre de su general. También les hacían un agujero para que durante su trayectoria al ser lanzadas, silbaran, asustando a los contrarios. Imagínate doscientos honderos lanzándote a la vez sus balas silbadoras, como para asustar a cualquiera”.
Pero, ¿qué tienen que ver esas balas con las que se usan actualmente? Paco Álvarez detalla que, “cuando se inventaron las armas de fuego portátiles, los arcabuces y mosquetes, era necesario fabricar balas normalizadas, pero que no fueran demasiado rígidas, porque los calibres no eran muy exactos y los cañones del arma podían explotar si se bloqueaban, así que se recurrió de nuevo al Plumbum, al plomo, que sigue siendo el componente principal de las balas, dos mil cien años después”.
Las balas están normalizadas mundialmente y ya no tienen nada que ver con las balas romanas… o sí. Álvarez lo explica: “Resulta que el calibre mundial para las pistolas y subfusiles en todo el mundo es el de nueve milímetros, inventado por la fábrica alemana Luger en 1902. La dirección de la fábrica en el telégrafo, como si dijéramos -su dirección de email- era Parabellum, que en latín significa Preparado para la guerra, de la famosa frase: ‘Si vis pacem, para bellum’, si quieres la paz, prepárate para la guerra. Así que el llamado y por culpa de los terroristas, tristemente famoso calibre normalizado actual en todo el mundo para armas cortas es el 9 mm. parabellum, balas de plomo del siglo 21 con nombre romano, en latín, como las que usaban los honderos baleares. Es verdad que todo lleva a Roma”.
De todas formas, como decían en la serie aquella: ¿Plata o plomo? Pues casi mejor, plata; argentum.