Normalmente cambiamos nuestra forma de ver o de percibir a la gente que ha entrado en la cárcel por cualquier crimen o delito que hayan cometido. No obstante, hay quien sabe ver su lado más humano y entender que no dejan de ser personas con emociones y sentimientos que también necesitan que se les escuchen y que hablen con ellos.

El cardenal Carlos Osoro es autor de un libro titulado 'Mi maestro es un preso' en el que cuenta sus propias anécdotas yendo a la cárcel de Soto del Real en Madrid a visitarles y a pasar su tiempo con ellos. Y, a raíz de esto, Cristina ha hablado con él en Fin de Semana para que explique en profundidad cómo lo vive, qué siente y qué percibe exactamente.

En primer lugar, Osoro ha expresado sus sentimientos y ha revelado su necesidad de “ir a verles y a cuidarles” porque “tienen más necesidad de que se les escuche, es normal”. También ha contado que, un día, llegó allí y “estaban tristes porque no podían ver un partido de fútbol, no tenían el canal de pago”, entonces les recomendó que le escribieran unas cartas para recibir respuesta y conseguir el canal de pago.

Otro de los objetivos del libro, explica el cardenal, era que “no fuese solamente para ellos, sino para todos sus lectores”. En lo referente a las cartas, ha manifestado que “siempre impresiona lo que te responden y su manera de estar, el silencio que se crea, la hondura que uno siente y percibe. Son gente que, al estar en una soledad tan grande, le dan muchas vueltas a la cabeza”.

Osoro también ha destacado que sus visitas a la cárcel han marcado su vida y le impactaron desde el primer momento, viéndose mucho más entregado a todos los presos y que "el ambiente que se respira es de un humanismo excepcional". Además, con el añadido de la pandemia que seguimos viviendo, comenta que “ha sido un tiempo duro por ver lo que estaba sufriendo la gente. Ha supuesto para mí un volver a descubrir otra vez las grandes preguntas que tiene la vida y que nos tenemos que hacer todos nosotros. Hay un antes y un después del Covid, vivíamos para el bienestar, el Covid nos ha descubierto que la cultura del cuidado es la que hay que establecer”.