"Cuando tienes que nadar 36 horas seguidas es fundamental la nutrición"

La mitología antigua hablaba de la existencia de criaturas misteriosas que vivían en el fondo de los mares y océanos y que eran medio humanas medio anfibios: sirenas y tritones que reinaban en el mar. En qué se inspiraron los clásicos para dar vida a estos seres es un misterio. Yo me puedo suponer que se inspirarían en alguien parecido a Pablo Fernández. Este hombre tiene 41 años y vive con un pie en tierra y otro en el agua. Atención. Su última hazaña ha sido nadar 36 horas seguidas en una piscina. Un día y medio nadando sin parar. ¿Por qué? Se preguntarán algunos. Pues para conseguir becas de material escolar a más de 2000 niños de barrios desfavorecidos. “En todos los retos me gusta meter una meta solidaria. Cuando estás en momentos bajos, te da un extra de motivación”.

Además de una labor solidaria, Pablo se ha alzado con su quinto premio Guinness. “La preparación se necesita sobre todo mental. Los ultra maratonianos alcanzamos nuestro pico a los treinta muchos, cuarenta años. Con 41 años se supone que no estás en tu pico de forma pero te conoces mejor. Es más de autoconocimiento y saberte gestionar”.

Explicaba en Fin de Semana que en esas 36 horas en piscina habrá dado unas 150 mil brazadas. La quema de grasas aproximada en esas horas de esfuerzo es de entre 15 mil y 18 mil calorías. Las reglas de los Record Guinness permiten descansar 5 minutos cada hora para comer: “Una mezcla de proteína y grasa, casi nada de azúcar. No tuve ningún calambre ni cansancio muscular”.

¿Cómo combatir la monotonía de nadar durante 36 horas? “Te dejan escuchar música. Más de la mitad del tiempo lo hice. Además, voy contando brazadas y en la parte final voy pensando en la siguiente comida”.

Pablo acumula varios hitos: ganó el Guinness a la distancia más larga nadada en el océano (con 250km) y el de la persona más rápida en nadar 100 kilómetros en el Océano. Fue el primer hombre en cruzar desde Gambia hasta Senegal a nado y también el estrecho de Gibraltar. Hizo el trayecto que une las Islas Vírgenes de EEUU a Puerto Rico.

Pablo Fernández combina su pasión con el agua con el mundo empresarial.