Juanma Castaño explica los cambios en la RFEF con los árbitros y la relación con el caso Negreira: "No se podía seguir"
Isaac Fouto adelantó los nombres que valora la Federación para tratar de acabar con las polémicas que rodean a este estamento

Juanma Castaño e Isaac Fouto desvelan cómo será el nuevo estamento arbitral de la Federación
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El fútbol español atraviesa días de profunda transformación en uno de sus estamentos más controvertidos: el arbitral. Este jueves, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha cesado en bloque a toda la cúpula del Comité Técnico de Árbitros (CTA), encabezada por Luis Medina Cantalejo, en una decisión que busca marcar un antes y un después. En El Partidazo de COPE, Juanma Castaño e Isaac Fouto analizaron en directo los motivos de la sacudida y el nuevo enfoque de Rafael Louzán, presidente de la RFEF, en su intento por alejar la sombra del caso Negreira.

El presidente del CTA, Luis Medina Cantalejo, y el presidente de la RFEF, Rafael Louzán
"Esto estaba en la cabeza de Louzán desde antes de tomar posesión. Quería cambiar el arbitraje", aseguró Castaño, confirmando que el plan no responde a un arrebato improvisado sino a una convicción sostenida.
Louzán quiere cortar con el pasado
Según revelaron los periodistas, el presidente federativo ha decidido cortar de raíz cualquier vínculo, directo o indirecto, con la etapa de José María Enríquez Negreira, el exvicepresidente del CTA investigado por presuntos pagos del FC Barcelona. Para Louzán, esa herencia, por simbólica que sea, es tóxica. Y en ese sentido, explicó Juanma Castaño, “ha querido hacer un cortafuegos que es Negreira y quiere que no haya un solo nombre en la nueva cúpula arbitral que haya tenido relación alguna con él”.
Una intención que, como apuntó Isaac Fouto, no es fácil de ejecutar: “Es imposible, porque Fernández Borbalán también estuvo como árbitro en la época de Negreira. Otra cosa es que tuvieran menos roce”. A pesar de las dificultades, la Federación ha asumido ese propósito como línea de partida.
Louzán, quien apenas lleva semanas en el cargo, no tenía una relación fluida con Medina Cantalejo. “La relación de Louzán y de Medina ha sido inexistente. No ha habido feeling entre ellos en ningún momento”, detalló Castaño. La destitución se produjo sin tensión. El presidente se reunió primero con el equipo saliente del CTA y más tarde, por separado, con Medina, que llegó con retraso desde Sevilla.
“Todo ha sido con buenos modos”, insistió Castaño, dejando claro que no hubo escenas dramáticas, pero sí una decisión firme: “Creía que no se podía seguir de esta manera”.
Nuevo modelo y nombres sobre la mesa
A falta de confirmación oficial, que llegará el próximo miércoles 2 de julio, la RFEF presentará un nuevo organigrama arbitral completamente renovado. Isaac Fouto adelantó en COPE que David Fernández Borbalán, excolegiado internacional, es uno de los nombres mejor situados para asumir la presidencia del nuevo CTA, cargo obligatorio por ley.
Además, se contemplan nuevas figuras: un portavoz institucional (que no tiene por qué ser árbitro), un director técnico, un responsable específico para el arbitraje femenino (con Yolanda Parga como posible continuidad), otro para el VAR y un encargado de implementar inteligencia artificial en los procesos del estamento, una herramienta que ganará peso en esta nueva etapa. También se incluirá representación de otras disciplinas bajo la tutela de la RFEF, como el fútbol sala y el fútbol playa.
La Asociación Española de Árbitros de Fútbol (AESAF), por su parte, ha reconocido el trabajo del equipo saliente y ha pedido que se mantenga como prioridad “la independencia y autonomía del colectivo”. En un comunicado, la AESAF subrayó que “es un dato objetivo e irrefutable que el estamento arbitral se ha profesionalizado y modernizado en estos años al nivel de ser un ejemplo para diferentes instituciones nacionales e internacionales”.

El presidente de la RFEF, Rafa Louzán, antes de la final de la Copa del Rey
Los próximos días serán clave para conocer con exactitud cómo se articula este nuevo comité arbitral, pero en el horizonte ya se dibuja un objetivo inequívoco: recobrar la confianza del fútbol español en sus árbitros. Y eso, en un contexto aún sacudido por el escándalo Negreira, solo puede lograrse con una limpieza profunda.
“No se podía seguir”, reiteró Castaño. Y esa frase, pronunciada casi como un epitafio, resume la ruptura con un sistema que la nueva RFEF ya da por amortizado.