El gran cambio que dio un día Gonzalo Miró tras llevar "una vida desordenada": "No estudiaba mucho..."
El tertuliano de El Partidazo de COPE desvela el momento en el que dio el gran paso hacia adelante para ser la persona influyente que conoce todo el país hoy

Gonzalo Miró es de los tertulianos todoterreno que funciona en cualquier contexto periodístico. Reconocido aficionado del Atlético de Madrid, se presta a una charla diferente a lo habitual en El Partidazo de COPE, con Carlos Ganga
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Gonzalo Miró no necesita presentación. Tertuliano todoterreno, rostro habitual en televisión y radio, su voz forma parte del paisaje informativo diario. Pero detrás del analista agudo y el aficionado colchonero, hay una historia menos conocida: la de un joven que un día decidió hacer las maletas para encontrarse a sí mismo. "Yo no estudiaba mucho, llevaba una vida muy desordenada", confiesa en la contraportada de El Partidazo de COPE, durante una charla distendida con Carlos Ganga.
Un antes y un después
Más sobre Gonzalo Miró
Tenía 23 años y ninguna vocación clara. Había sido "famoso desde que nació", como él mismo reconoce con una mezcla de resignación y naturalidad. “Me señalaban por la calle de pequeño solo por ir con mi madre”, recuerda en alusión a Pilar Miró, su madre, una de las figuras más relevantes del cine español. En su infancia no hubo anonimato, ni tampoco un punto de inflexión brusco. "Mi vida ha sido siempre igual", dice, porque nunca conoció otra forma de vivir.
Pero fue Nueva York la que supuso un punto de inflexión real. Allí estudió cine, aunque lo que se llevó de aquella etapa va mucho más allá de un máster: “Me hizo crecer, me hizo centrarme, me hizo madurar. Me sirvió mucho vitalmente”. Aquel cambio vital fue la semilla de la figura que hoy representa: un profesional polifacético que ha sabido hacerse un hueco en un medio competitivo, a golpe de naturalidad y trabajo constante.
Del todólogo al tipo que siempre está
Si hay una palabra que acompaña a Gonzalo Miró en las redes sociales, esa es "todólogo". Pero él no se ofende. "Me agoto yo de mí mismo de vez en cuando, imagínate el que me vea", bromea. No tiene Twitter, pero sí una cuenta anónima para cotillear lo que se cuece. "Hay pocos originales. Los que se meten conmigo siempre vienen a decir lo mismo", apunta con sorna.

Gonzalo Miró
Carlos Ganga lo define como “el hombre que está en todas las televisiones”. Él se lo toma con sentido del humor. Su agenda es un caos estructurado: tertulias por la mañana, por la noche en COPE, y, entre medias, trabajos relacionados con la dirección deportiva de una empresa y la grabación de reportajes. "No diferencio mucho entre lunes y domingo. Mi horario depende del día", explica.
La pasión por el deporte y la política conviven en su discurso. "Ahora mismo me lo paso mejor con la política, pero depende de cómo esté el Atlético", reconoce. Su vínculo con el club rojiblanco es profundo, tanto que incluso viajó con el equipo, participó en presentaciones de jugadores y convivió con nombres como Gabi, Juanfran o Godín. "Para un fanático del fútbol, es como para un fanático del cine tener relación con actores", afirma. Pero no se engaña: "Eso hace más difícil ser objetivo".

Mónica Randall y Gonzalo Miró
Cuando critica a Simeone, sabe que se expone. "En mi Atleti también caben los cholistas radicales, pero ellos no me aceptan a mí. En su Atleti no quepo yo", lamenta. No pretende convencer a nadie. Solo opinar con honestidad. "No me estoy presentando a unas elecciones", dice con franqueza. A diferencia de muchos, Miró no oculta ni su bufanda ni su ideología: "Soy del Atleti y de izquierdas. Lo he dicho aquí muchas veces".
La crítica, asegura, la encaja sin problema. Incluso cuando algún jugador le ha llamado para expresar su malestar por un comentario. "Lo entiendo. Yo también he sido crítico cuando lo he creído necesario", añade.