En 'El Espejo' analizamos la situación en Burkina Faso, un país del Sahel en el que se multiplican las acciones del yihadismo, que han provocado el secuestro y el asesinato de varios sacerdotes y misioneros en los últimos meses.

El misionero español Eugenio Jover, de los Padres Blancos, que trabaja en Burquina Faso desde 1970 ha contado que hasta ahora ha sido un país pobre pero con paz y armonía, algo que parece haberse perdido en los últimos meses, sobre todo en el norte.

"Hemos mejorado económicamente respecto a hace años pero pero ahora tenemos que convivir con el terrorismo", ha lamentado el misionero español.

"El primer ataque lo sufrimos el Viernes Santo. Fueron asesinadas 5 personas durante la celebración del Vía Crucis. Una semana después fue una comunidad protestante la que sufrió el atentado y ha habido otros. Llegan en moto de dos en dos".

Estos ataques llevan produciéndose tres años. Eugenio Jover ha explicado que al principio respetaban los lugares de culto, pero ya no es así, por lo que "hay mucha alarma en la comunidad cristiana".

En la zona sur del país hay más tranquilidad, pero el misionero ha denunciado que en el resto del país hay muchos pueblos en los que había mercado y bastante actividad que se han quedado vacíos. "En la mitad norte del país -ha lamentado- la gente no se ríe. Nadie sale de casa por temor a un atentado".

Esta situación ha provocado que la actividad pastoral se haya reducido a la mínima expresión, ha contado el misionero, que ha insistido en que los yihadistas no van a conseguir dividir a la población. "Los terroristas han fracasado en su intento de dividir a cristianos y musulmanes. Los cristianos no van a caer en esa trampa. Y cuando acabe el Ramadán, como se ha hecho siempre, irán a celebrarlo con sus vecinos musulmanes".