En El Espejo nos acercamos a la figura de Guadalupe Ortiz de Landázuri, que será beatificada el próximo sábado en Madrid. Guadalupe fue química de profesión y una de las primeras mujeres del Opus Dei.

Mercedes Montero, profesora en la Universidad de Navarra, que acaba de publicar su biografía en la editorial RIALP con el título “En vanguardia” ha explicado en El Espejo que fue una mujer "emprendedora, adelantada en su tiempo". Montaba a caballo, pilotaba, estudió en la universidad e hizo una tesis en el CSIC; nada de ello común en una mujer de la España de los años 30.

"La santidad es algo que va metiéndose en la vida de determinadas personas en las que se aprecia algo excepcional". Esto es lo que la autora ha destacado de la figura de Guadalupe, una mujer de carácter recio, que asumió su enfermedad con naturalidad y que ayudó a muchas mujeres a desarrollarse profesionalmente.

Guadalupe Ortiz de Landázuri fue la cuarta mujer del Opus Dei y "mantenía una relación muy estrecha con San José María Escrivá de Balaguer". En el año 1950 Guadalupe Ortiz de Landázuri viaja a México para comenzar la labor apostólica del Opus Dei con mujeres. Desde allí mantuvo una interesante correspondencia con el fundador que Mercedes Montero analiza en su libro.

Problemas de corazón la obligaron a volver a Madrid en 1958. Entre 1962 y 1964 dio clases de Física en el Instituto Ramiro de Maeztu y a partir de octubre de 1964 comenzó a dar clases de Matemáticas, Física y Química en la Escuela Femenina de Maestría Industrial.

En toda su actividad profesional y de apostolado M. Montero ha destacado su "normalidad y excepcionalidad, siendo un ejemplo para muchas mujeres".