El sacerdote Palentino, Eduardo Calvo, que tiene previsto marcharse como misionero a Kazajistán, ha compartido en una entrevista en 'El Espejo' de COPE cómo desde pequeño siempre ha existido en él la semilla misionera que se fue madurando con el paso de los años.

El sacerdote reconoce que “en la iglesia hay muchas necesidades y todos tenemos que arrimar el hombro”; para muchos les resulta difícil entender “la decisión de marcharse e irse de misión, pero esta es la calidad cristiana y Dios lo premia de alguna manera”.

Eduardo se va a Kazajistán, un país transcontinental y el noveno país más grande del mundo; un lugar donde la iglesia católica sigue en minoría, pero aun así llamada a crecer. Donde la actividad pastoral requiere recorrer grandes distancias, debido a la poca presencia de sacerdotes y parroquias.

A pesar de ser un país musulmán, Eduardo alaba “la secularización que existe ahora en Kazajistán que permite una cierta libertada libertad religiosa”.A la pregunta de ¿por qué Kazajistán?, “me atraían lugares donde la iglesia no tiene una estructura y los religiosos tengan dificultades, países donde haya libertad religiosa y que no tenga problema con el idioma, aunque en este caso tendré que tartamudear al principio, pero en la parroquia a la que voy ya hay un sacerdote español” ha contestado el misionero.

Eduardo afronta esta nueva fase de su profesión con mucha ilusión y entusiasmo pensando en todo lo que ayudará, pero también reconoce que “algo de vértigo hay, una debilidad human al pensar estás lejos de casa y de los tuyos”, pero es algo que viene bien porque “la debilidad humana es la fortaleza del Evangelio”.