El coronavirus ha puesto patas arriba nuestra vida. Y por tanto, también nuestra vida espiritual. Por eso en El Espejo de la Cadena COPE recorremos diferentes realidades religiosas y eclesiales para conocer cómo afrontan esta circunstancia. En este artículo nos detenemos en la vida del Camino Neocatecumenal. Gabriel Benedicto es Párroco de Nuestra Señora de la Paloma, donde conviven diferentes comunidades neocatecumenales.

El sacerdote explica que en el comienzo de la pandemia, "se perdió un poco la seguridad y es verdad que la gente pasó un poco de la incertidumbre al miedo. Pero creo que también hemos retomado el curso con muchas ganas. Sobre todo con ganas de lo presencial, de lo carnal y de alguna manera regatear el virus".

En la cuestión de los jóvenes Gabriel Benedicto realata que ha visto "el gran celo y el gran cariño que se tiene a los jóvenes. Inmediatamente se reaccionó y empezamos a hacer un momento de encuentro con la palabra de Dios a través del Evangelio donde después de una hora de escrutar los jóvenes comparten su diálogo con el Señor. Se les da una palabra y esto se convirtio en una propuesta semanal online. Fue bonito ver cómo respondían los jóvenes ante esto".

"Me sorprendió que con los mayores de 18 años pudimos hacer una especie de peregrinación. Pudimos encontrar la vía de hacerla en una casa de las Rozas de Puerto Real, con una mirada vocacional. Se levantaron unos cuántos".

Además, el párroco explica que en el ámbito de la familia "por un lado en la convivencia ha habido roces y dificultades pero las familias se han apoyado mucho en la oración dominical de laudes. Y se ha bombeado esa reconciliación, y ese ponerse otra vez en marcha. Me han dicho que ha sido un pilar cuando se ha cerrado el culto público, fue de lo que más les ayudó. Junto con el canal de youtube por un lado, retomar las celebraciones por zoom... ha sido fundamental".

"La gente ha sido muy generosa y hemos tenido muchas manos y muchos voluntarios. Por un lado ha habido entrega de alimentos a domicilio, también en la parroquia, acompañamiento telefónico... La providencia nos ha ayudado para ayudar y los hermanos han sido muy generosos para prestarse a la situación de avalancha que nos hemos encontrado".