El Senado ha decidido reducir hasta el "mínimo imprescindible" los vehículos de su parque móvil y pasar de 27 a 18 coches oficiales, aunque su antigüedad ha llevado a la institución a abordar un plan de renovación de la flota mediante "renting" que evitará un desembolso inicial de 800.000 euros.

Según datos oficiales de la Cámara Alta, de los 27 automóviles que ahora tiene a disposición el Senado, 13 son del año 2001, con kilometrajes que van desde los 170.000 hasta los 470.000 kilómetros, mientras los otros 14 se compraron en 2006 y tienen kilometrajes que oscilan entre los 50.000 y los 390.000 kilómetros.

Ante esta situación, el Senado ha optado por un lado por renovar los coches con mayor desgaste y por otro disminuir su número bajo el criterio de mantener "el mínimo imprescindible".

Se trata de dar cobertura suficiente a los desplazamientos del presidente, Pío García-Escudero, de los miembros de la Mesa y de los portavoces parlamentarios, así como de garantizar el servicio de seguridad y el de incidencias, han explicado fuentes de la Cámara.

Para ello se consideran suficientes 18 coches oficiales, cifra que representa una caída del 44 por ciento respecto a la flota actual.

Los nuevos automóviles se van a conseguir, por primera vez en la historia de la institución, mediante "renting" (alquiler a largo plazo), a través de un concurso limitado a vehículos clasificados como ECO o Cero Emisiones, de acuerdo con el compromiso del Senado con el respeto al medio ambiente, recuerdan las fuentes.

Los servicios de la Cámara calculan que así evitarán un desembolso inicial de 800.000 euros.

Se ha fijado en cuatro años la duración del contrato, con una cuota máxima mensual de 900 euros más IVA para los coches de mayores prestaciones y de 700 euros más IVA para los demás.