El bar Uri de Mungia reparte 50 millones entre "gente humilde y trabajadora"

El segundo premio de la Lotería de Navidad ha repartido 50 millones de euros entre "gente humilde y trabajadora" que adquirió sus décimos en el bar Uri de la localidad vizcaína de Mungia, donde este jueves los agraciados no ahorraban abrazos, risas y también lágrimas de alegría y emoción.

Félix Uriarte, propietario del establecimiento, lo ha expresado ante los periodistas: "Estoy muy contento porque está muy repartido en el barrio y somos gente humilde, trabajadora. Estoy muy contento por la gente", ha insistido.

A él también le ha tocado, pero no ha querido desvelar la cantidad. "Algo sí tengo", se ha limitado a decir, aunque ha dejado claro que el bar, donde sólo suelen jugar a la lotería en Navidades y Reyes, seguirá abierto.

Félix se encontraba viendo el sorteo de la Lotería en directo por televisión, junto con tres clientes, cuando se ha enterado de que el número 04074, del que ha vendido 8.000 euros, ha resultado agraciado con el segundo premio.

"Estamos flotando, esperamos situarnos y disfrutar con la gente", ha añadido.

"Superemocionada" está también Atxarte Bilbao, de la administración de loterías de Lauaxeta Olerkari, que despachó el número al establecimiento hostelero. "Es un bar que suele tener suerte", ha señalado.

Al local se han desplazado algunos de los clientes tocados por la suerte como una mujer que, entre nervios, ha contado que se iba a trabajar porque trabaja con niños y a éstos "no se les puede dejar", pero que pensaba "coger una botella de champán y llevarla al colegio para celebrar con sus compañeras" cuando los críos estén "comidos y atendidos".

Muy contentas se han mostrado también dos amigas, que, según han indicado, destinarán parte del premio a disfrutar de unas vacaciones que tienen "pendientes" en Oporto. Allí "lo vamos a celebrar", han señalado.

Arreglar la casa y regalar a su nieto e hijos son los planes de otra de las agraciadas, según ha explicado emocionada ante las cámaras, situación que ha aprovechado: "Un beso a mi primo Aburto, que es el alcalde de Bilbao", según ha dicho.

Una amiga suya, también agraciada, podrá ir a Filipinas, como deseaba, a "llevar las cenizas de su hijo" fallecido hace más de tres años en accidente de moto, según ha contado.