Carlos Alcaraz analiza a Dzumhur su rival camino de octavos de final en Roland Garros

El bosnio Damir Dzumhur, 69 del mundo a sus 33 años, será el rival de Carlos Alcaraz en tercera ronda de Roland Garros, tras haber derrotado al francés Giovanni Mpetshi Perricard, 7-6(4), 6-3, 4-6 y 6-4.

El jugador balcánico dominó el duelo durante los dos primeros sets y tras ceder el tercero, resbaló en la pista y pareció sufrir una lesión en la rodilla, pero tras ser atendido varios minutos por los fisioterapeutas, regresó al partido y pareció bien repuesto.

El francés, que había conseguido su primer triunfo en Roland Garros, vio su progresión frenada y acabó cediendo en cuatro mangas.

Dzumhur regresa con fuerza a los circuitos tras haber caído fuera del top-10. Disputa su primer cuadro final de Roland Garros desde 2019 y en primera ronda se impuso al argentino Thiago Tirante, rescatado de la fase previa, en la que era su primer triunfo en Grand Slam desde el Abierto de Estados Unidos de 2019.d

Para el bosnio será la tercera vez que intente acceder a los octavos de final en París, una ronda que nunca ha alcanzado en Grand Slam. 

"No tengo el sentimiento de que me haya descentrado, él ha subido el nivel, yo mantenía el mío, pero en el segundo set ha sido mejor que yo", comentó el español tras imponerse por 6-1, 4-6, 6-1 y 6-2.

"He empezado increíble, sintiendo la bola muy bien, aprovechando los errores que ha cometido. En el segundo sabía que sería más agresivo, él tenía que cambiar un poco el esquema de juego. Me ha roto en el primer juego con bolas nuevas y eso le ha dado energía. No es que yo haya bajado el nivel, es que él ha subido y yo no he sabido aprovechar las bolas de ruptura", comentó.

"Pero en un partido a cinco sets hay mucho tiempo de recuperación (...) En el tercero he logrado empezar de mejor manera, él ha bajado la intensidad y yo la he mantenido o la he subido", señaló.

Nada más ganar el partido, cuando acabó la entrevista sobre la pista que le hizo Mats Wilander, Alcaraz se lanzó a entonar el cántico que se repite en las gradas de Roland Garros.

"Es algo que había pensado hacer ya el año pasado pero no me atreví. Lo había hablado con mi equipo, que lo haría, pero al final no me atreví a hacerlo. Cuando era pequeño y vine una vez lo hice y nadie me siguió, fue muy vergonzoso. Es un cántico que escucho muchísimo y tenía ganas de ver cómo reacciona la gente", señaló.