El reto de la cartagenera Julia: una sonrisa que une el mar y la montaña por la inclusión real de las personas con otras capacidades
El pediatra Joaquín Susmozas, la pequeña julio y un grupo nutrido de amigos visibilizan la discapacidad ayudando a la Fundación Tiovivo

El reto de Julia: una sonrisa que une el mar y la montaña por la inclusión real de las personas con otras capacidades
Murcia - Publicado el
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Cada octubre, cuando el verano empieza a despedirse, Julia vuelve a convertirse en la protagonista de un reto que no solo pone a prueba el cuerpo, sino también el alma. Su sonrisa, contagiosa y luminosa, es la chispa que enciende una iniciativa única: unir mar y montaña para dar visibilidad a las personas con discapacidad y reclamar, una vez más, una inclusión real.
El "Reto Mar y Tierra", impulsado por su familia con el incansable Joaquín Susmozas al frente, celebra ya su tercera edición. Este año, la meta es tan ambiciosa como inspiradora: recorrer 15 kilómetros a nado entre Cala Reona y Portmán, liderados por el nadador Fran Segura y un grupo de valientes, mientras en paralelo, otro equipo realiza un recorrido de 22 kilómetros por senderos de monte, en plena naturaleza protegida.
"Cada año pensamos que no podremos superarnos... y cada año lo hacemos", confesaba Joaquín con una mezcla de emoción y humildad en los micrófonos de COPE. Pero lo importante no es la hazaña deportiva en sí, sino el mensaje que arrastra: “Visibilizar las barreras reales con las que viven muchas familias que conviven con personas con otras capacidades”.
Una causa con nombre propio: Fundación TiIVivo
En cada edición, el reto va acompañado de una campaña solidaria en favor de una entidad que trabaje directamente con personas con discapacidad. Este 2025, la Fundación Tiovivo ha sido la elegida.
Esta fundación desarrolla terapias con animales —especialmente equinoterapia— que resultan fundamentales para niñas como Julia. Estas terapias ayudan a mejorar el control del tronco, el equilibrio, el comportamiento y la estabilidad emocional de quienes las reciben. Sin embargo, como explica Joaquín, “los animales comen todos los días del año”, y los recursos no siempre alcanzan, especialmente en épocas como el verano, cuando desciende la actividad.
Cualquiera puede aportar su granito de arena, tanto particulares como empresas. La vía más sencilla es hacer un Bizum al número 12133, directamente a la cuenta de la Fundación Tío Vivo. También se puede colaborar mediante transferencia al IBAN: ES29 0081 1048 2100 0102 2307.
Ambos canales van directamente a la fundación, sin intermediarios y es que Joaquín y Julia no luchan solo por ellos, sino que lo hacen por todas las familias que sufren la falta de empatía y esas barreras arquitectónicas y además ponen su granito de arena en una buena causa cada año.
Además, quienes donen pueden obtener su certificado fiscal de donación para incluirlo en la declaración de la renta, como recuerda el propio Joaquín.

Imagen del segundo reto mar y tierra
“El dinero es importante, claro, pero lo que más nos mueve es que la sociedad abra los ojos”, explicaba Susmozas. Desde el momento en que aparcar en una plaza mal señalizada ya supone un obstáculo para muchas familias, hasta la falta de accesibilidad en espacios públicos y privados, la lucha por la inclusión no puede detenerse.
“Si con este reto conseguimos que una sola persona cambie su mirada hacia la discapacidad, ya nos damos por satisfechos”, afirmaba Joaquín con la voz entrecortada por la emoción.
El reto se celebrará el próximo 4 de octubre. Hasta entonces, está abierta la campaña solidaria. Y aunque no todos podrán estar físicamente en el mar o la montaña —por razones logísticas y ambientales—, todos pueden estar ahí de corazón. Porque cada brazada en el agua y cada paso en tierra son por Julia, por muchas otras Julias, y por una sociedad más justa e inclusiva.