Javier de Haro, psicólogo infantil, alerta sobre el 'sharenting': "El 70% de las fotos que utilizan los pederastas las cogen de las redes sociales"

El psicólogo infantil advierte de que publicar imágenes de los menores, una práctica cada vez más normalizada, les expone a graves riesgos y vulnera su derecho a la intimidad dejando huella digital

Maite Fernández

Murcia - Publicado el

3 min lectura

Compartir la paternidad en redes sociales, o sharenting, es una práctica cada vez más habitual entre las familias. Sin embargo, este gesto, a menudo impulsado por el orgullo y el cariño, entraña graves riesgos que muchos padres desconocen.

El psicólogo infantil y educador, Javier de Haro, ha alertado sobre las consecuencias de esta sobreexposición digital de los menores, un fenómeno que se ha normalizado sin tener en cuenta sus implicaciones.

Publicar fotos se salta el derecho a la intimidad, pero hay muchos más peligros que se generan con este fenómenos que se suele hacer por cariño y orgullo o por lo que ahora se conoce como simple postureo.

Los peligros invisibles de la sobreexposición

Uno de los principales problemas, según De Haro, es la falsa sensación de control que tienen los padres en el entorno digital. "Pensamos que somos muy hábiles con el tema de lo digital, pero realmente nos hace falta un proceso de alfabetización digital", explica el experto. 

Muchos desconocen que al subir una foto, se incluyen metadatos que pueden revelar la ubicación y otra información sensible, un riesgo que a menudo se ignora por el sesgo de pensar que "a mí no me va a pasar".

El peligro más alarmante es el uso que terceros pueden dar a estas imágenes. Javier de Haro advierte de que las fotografías compartidas de forma inocente pueden acabar en manos equivocadas, con fines maliciosos. 

De hecho, el psicólogo lanza un dato demoledor: "el 70 % de las fotos que utilizan los pederastas son fotos que cogen de redes sociales", y subraya que se trata de "fotos normales de tu hijo y del mío".

Pixabay

Una niña en la playa

El 70 % de las fotos que utilizan los pederastas son fotos que cogen de redes sociales"

Javier De Haro

Psicólogo y educador

El impacto en el desarrollo y la intimidad del niño

Más allá de los peligros externos, el sharenting también tiene un impacto directo en la vida familiar y el desarrollo emocional de los niños. Aunque faltan estudios a largo plazo sobre cómo afecta a la autoestima, De Haro señala un problema inmediato y tangible. 

"Estamos llegando a un punto en que cuando nuestro hijo empieza a caminar, estamos más pendientes de ir a por el móvil a grabarlo, que realmente de compartirlo con él", lamenta el psicólogo.

COPE

Educador y psicólogo

Estamos más pendientes de grabarlo todo para compartirlo, que realmente de vivirlo con nuestro hijo"

Javier De Haro

Psicólogo y educador

Esta actitud, según el experto, provoca que el niño "normalice que no hay intimidad" y que aprenda a "vivirlo todo a través de una pantalla", lo que deja una huella en su desarrollo. Además, se vulnera uno de los derechos fundamentales del menor: el derecho a la intimidad.

 De Haro recuerda que los padres tienen la obligación de enseñar a sus hijos a proteger su privacidad, un concepto que los niños empiezan a comprender a partir de los seis o siete años.

Recomendaciones y líneas rojas

Una de las claves que ofrece el psicólogo es involucrar a los niños en la decisión. A partir de cierta edad, es fundamental preguntarles si quieren que su foto sea publicada. "Hay que proponerles y hay que pedirles, y hay que decirles, oye, voy a hacer esta foto, ¿quieres salir?", recomienda De Haro, quien subraya que la negativa del niño "hay que respetarla al 100 %".

El experto establece cuatro líneas rojas que no se deben cruzar. En primer lugar, se deben evitar las imágenes que puedan humillar o avergonzar al niño en el futuro. También es crucial no publicar nunca fotos íntimas (en bañador, en la ducha o en la cama), aunque sea un bebé.

Finalmente, hay que omitir cualquier imagen que contenga datos personales o de localización, como el uniforme del colegio o el nombre del menor.

Por último, De Haro insiste en que borrar la huella digital no es tan sencillo. Aunque un padre se arrepienta y elimine una publicación, es imposible saber si esa imagen ya ha sido descargada, compartida o indexada en otras plataformas fuera de su control. 

Este hecho subraya la importancia de la prevención y ya ha llevado a que en otros países algunos adolescentes hayan pedido a sus padres que borren ciertas fotos de su infancia publicadas en la red.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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