Borja Gómez, piloto de San Javier: “Pensé que era el final… y fue un nuevo comienzo”

A más de 200 km/h, el margen entre la gloria y el desastre es mínimo. Borja Gómez lo sabe bien. El joven piloto de San Javier, campeón de España de Supersport 600 en 2021 y reciente subcampeón del nacional de Superbike en 2024, revive en el documental “Historias que nos unen” el episodio más oscuro de su carrera: una caída brutal en el circuito de Misano que le fracturó el húmero y le dejó el alma tocada.

“Me vi el brazo colgando y pensé que podía ser el final”, confiesa con la sinceridad cruda de quien ha estado al borde de perderlo todo. Era su primera temporada completa en el Mundial de Moto2, un sueño por el que llevaba años peleando… y que en segundos se convirtió en una pesadilla.

Pero donde muchos habrían tirado la toalla, Borja encontró una red invisible: la que forman los vínculos humanos que sanan. Porque más allá de las radiografías y las sesiones de fisioterapia, este documental –producido por el Grupo Ribera– habla del poder del acompañamiento, del tratamiento integral y del compromiso inquebrantable entre paciente y profesional.

la unión piloto- fisioterapeuta

“Lo primero que hice fue venir a Chema”, dice Borja, refiriéndose a José María Faraco, su fisioterapeuta desde hace más de siete años y miembro de la Unidad de Fisioterapia Deportiva del Hospital Ribera Virgen de la Caridad (Cartagena). Chema no solo le ayudó a recomponer el hueso. Le devolvió la confianza, la motivación y el impulso. “Venía cada día, incluso los fines de semana. Me trataba en casa, me sacaba a comer. Me ayudó a salir adelante mentalmente”.

Faraco lo resume con claridad: “No se trataba solo de curar el hueso, había que sacarle mentalmente de esa situación”. Un proceso que exigió trabajo físico, sí, pero sobre todo emocional. Gracias a esa simbiosis, Borja volvió a subirse a la moto en tiempo récord: dos meses después de la operación ya estaba compitiendo… y ganando. “Ese fue el clic. Me di cuenta de que el brazo estaba bien y que éramos igual de rápidos que antes de la lesión”.

Este segundo episodio de “Historias que nos unen” es mucho más que una historia de recuperación. Es un testimonio de cómo la medicina deportiva puede ser también medicina del alma. De cómo un fisioterapeuta puede convertirse en aliado, en motor de esperanza. Y de cómo el Grupo Ribera impulsa una atención sanitaria cercana, humana y especializada.

Borja Gómez sigue hoy trabajando con el equipo médico de Ribera para prevenir futuras lesiones y seguir batiendo récords. Su historia, como la de Nayara Arroyo –protagonista del primer documental de la serie–, nos recuerda que en el deporte, como en la vida, la diferencia entre caerse y levantarse muchas veces depende de quién te tiende la mano.