Alberto Toca Echeverría se encontraba trabajando en su despacho de la mutua Asepeyo en Pamplona, de la que era director, cuanto dos jóvenes llamaron a la puerta y entraron. Alberto estaba acompañado en ese momento por el médico de la mutua, el Dr. José Luis Sinués. Preguntaron quién era Alberto y sin decir nada más le dispararon dos veces en la cabeza. Alberto Toca murió en el acto. Era el 8 de octubre de 1982.

Dos días después, los Comandos Autónomos Anticapitalistas, una escisión de la banda terrorista ETA, asumió la autoría del asesinato acusando a la víctima de ser de extrema derecha.

Alberto Toca estaba casado y tenía 7 hijos. Su asesinato está aún sin resolver. “A lo largo de todo este tiempo desde que mataron a mi padre, oficialmente nunca nos han contado nada de sus asesinos” dice José Ignacio.

José Ignacio Toca tenía 13 años cuando asesinaron a su padre, “Recuerdo con horror como se desmoronó todo a nuestro alrededor” cuenta en esta entrevista en la que reconoce que nunca pensó que su padre pudiera ser objetivo de los terroristas. “En aquellos años vivías en estado de pánico pero con 13 años no pensaba que nos tocaría vivirlo en nuestras propias carnes”.

Tras el asesinato tanto él como sus hermanos y el resto de la familia se esforzaron por proteger a su madre, Una mujer con buena formación académica pero que no estaba preparada para algo así, cuenta José Ignacio.

El hijo de Alberto cuenta con orgullo que su madre les enseño a vivir sin odio y que el perdón siempre estuvo presente en una mujer de profundas convicciones religiosas.Recuerda a su padre como un hombre estricto pero muy familiar. "Era un apasionado de las motos.Le concedieron la medalla al mérito deportivo por su regular asistencia a las concentraciones internacionales de la FIM por Europa" recuerda su hijo José Ignacio.

José Ignacio Toca, actual Presidente de la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo, asegura con tristeza que el amparo que se da hoy en día a los terroristas cuando salen de prisión es una revictimización de las víctimas y supone un recrudecimiento de las heridas.