Junto a la lista negra de contagiados y fallecidos va haciéndose un hueco la de altas hospitalarias, con 407, y la de pacientes recuperados del coronavirus, con 59 ya en Euskadi. Uno de ellos es Loli, la celadora de 52 años de Txagorritxu que ayer fue extubada entre aplausos y lágrimas de sus compañeros tras pasar 17 días en la UCI. Cuando entró allí, comenzó la “tortura”, cuenta en COPE Euskadi, Nahia, su hija mayor.

Preparadas para lo peor

Relata que Loli comenzó la baja en casa con tos y fiebre, pero empezó a respirar mal e ingresó en el hospital. Pasó tan solo un día en planta, por la noche fue trasladada a la UCI. “Estaba muy mal, empeoró muy rápido, el jueves tenía neumonía en un pulmón y ese sábado se le había extendido a los dos”, explica Nahia, quien lamenta que fuese su hermana pequeña Estíbaliz la encargada de ir al hospital al tener que guardar ella la cuarentena. Ambas tuvieron que pasar el peor trago, recibir la advertencia de los sanitarios de que estuvieran “preparadas” para que su madre “fallezca”.

Recobrado el aliento

Ese fue el momento más duro, pero después llegó la recuperación. Nahia recuerda cómo justo su madre despertó el día que pudo ir a verla tras acabar el aislamiento y lo “increíble” que fue escucharla hablar a través de un audio cuando le quitaron el respirador. Muy emocionada nos dice lo primero que hará en cuanto le esté permitido: “Abrazarla, sin duda, porque al final no hemos podido tener contacto con ella, es una situación muy dura porque la veías a través de un cristal”.

Hay esperanza

Ahora Nahia quiere mandar un mensaje de “esperanza” a toda la gente que lo esté pasando mal: “Seguro que con confianza en el personal de los hospitales consigue cada paciente salir de estos momentos tan duros”. Y quiere dar las gracias a los sanitarios por su trabajo y por su “cariño”, todo un valor añadido.