Arranca el juicio contra la enfermera acusada de simular la vacunación de menores en Santurtzi: "La niña nunca tuvo ninguna reacción"
La acusada, que iba a testificar hoy lunes, lo hará finalmente en la última sesión de un juicio que ha contado en su apertura con la declaración de nueve padres como testigos

Arranca el juicio contra la enfermera acusada de simular la vacunación de menores en Santurtzi
Bilbao - Publicado el - Actualizado
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La Sección Primera de la Audiencia de Bizkaia ha iniciado este lunes el juicio contra la enfermera acusada por simular vacunaciones a más de 400 niños en el Ambulatorio de Kabiezes, en Santurtzi, para la que la Fiscalía pide 7 años y medio de prisión, por un delito continuado de daños, con el agravante de prevalerse del carácter público, y un delito continuado de falsedad documental.
Nueve testigos de las familias cuyos hijos fueron atendidos por la enfermera han coincidido en señalar que los pequeños no tuvieron "ninguna reacción" al ser atendidos por la encausada, como sí solían mostrar ante otras vacunas. Asimismo, han afirmado que les llamó la atención que el proceso era "muy rápido".
La acusada prestó servicios de Pedriatría del centro de salud de Kabiezes desde febrero de 2021 hasta el 12 de septiembre de 2022 y, entre sus funciones, se encontraba administrar a 404 menores en las revisiones pediátricas las vacunas.
La Fiscalía considera que la enfermera "conscientemente no inoculaba las vacunas que correspondían según calendario o las inoculaba de manera distinta a la indicada en la guía de enfermería pediátrica y en el procedimiento de enfermería del Manual de Vacunaciones de Osakidetza y desechaba total o parcialmente las dosis correspondientes".
Por ello, solicita 7 años y seis meses de prisión y también de inhabilitación, así como una multa de 18.000 euros y una indeminización a Osakidetza por importe de 32.000 euros por los costes de las vacunas y gastos de personal en el nuevo proceso de vacunación que tuvo que acometer.
DE 12 A 17 AÑOS DE PRISION
Según recoge su escrito, la acusada registraba la vacuna en la historia clínica digital del menor en la base de datos de Osakidetza y en la tarjeta de vacunación que entregaba a los progenitores.
Se estima que el valor de las vacunas no suministradas y desechadas que tuvieron que ser administradas nuevamente por Osakidetza asciende a 26.763 euros. Debido a lo sucedido, el servicio vasco de Salud inició un proceso en el que inoculó vacunas no administradas con un coste de 5.382 euros en gastos de personal.
Por su parte, la acusación particular que representa a cerca de medio centenar de familias afectadas añade, en su escrito inicial, la petición de que sea condenada también por un delito de malversación, por lo que su solicitud de penas es superior a la de la Fiscalía. En concreto, contempla entre 12 y 17 años de prisión.
Según ha precisado su abogado, Aitzol Asla, en declaraciones a los medios, en todo caso, "las familias lo único que quieren es que se castigue a esta persona, que no vuelva a trabajar como enfermera, y que Osakidetza también tenga su responsabilidad".
La defensa, por su parte, ha solicitado que la acusada realice su declaración ante el tribunal en último lugar, una petición que se ha aceptado, por lo que esta primera sesión se ha dedicado a escuchar los testimonios de nueve padres y madres cuyos hijos habían sido atendidos por esta profesional en el servicio de Pedriatría de Kabiezes.
Los progenitores han coincidido en señalar que los pequeños, de distintas edades y que acudieron a consulta para que les administraran diversos tipos de vacunas, no tuvieron "ninguna reacción", como sí solían tener con otras vacunas suministradas por otros profesionales.
Algunos de los padres y madres han explicado que les llamó la atención que el proceso de inoculación se realizaba de manera "muy rápida", mientras que otros han indicado que, pendientes de sus hijos, no se fijaron en que ocurriera "nada extraño" y confiaban en el trabajo realizado por una profesional.
Las familias han asegurado que la enfermera hizo constar que se les había puesto la vacuna en la tarjeta de vacunación, donde ponía "la pegatina" correspondiente.
Algunas de las familias han explicado que Osakidetza se puso en contacto con ellos para realizar un estudio serológico porque, han indicado, se sospechaba que no se habían "administrado correctamente" las vacunas. Una de ellas ha asegurado que posteriormente les comunicaron que no tenía "anticuerpos de nada".
En el caso de otras familias, el servicio de Salud les explicó que se "había hecho un estudio" con otros pequeños y sus hijos también fueron vacunados de nuevo.
El juicio continuará este martes con la declaración de 33 testigos, también familias afectadas, y está previsto que se prolongue hasta el viernes.



