Un nutricionista alerta del ‘daño irreparable’ de los excesos en Navidad y da la clave para evitarlos: "Asociamos todo lo festivo a pasarnos 5 pueblos"
Javier Angulo explica que el consumo de dulces y alcohol desajusta el metabolismo y recomienda compensar las comidas copiosas con más ejercicio físico

Javier Angulo, nutricionista habla sobre los excesos navideños
Pamplona - Publicado el
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La Navidad es sinónimo de reencuentros y celebraciones, pero también de excesos que pueden pasar factura a nuestra salud. El nutricionista Javier Angulo ha alertado sobre los peligros de las comidas copiosas y el consumo desmedido de productos dañinos, que se disparan durante estas fechas. Angulo, conocido por su propia historia de superación personal contra la obesidad, ofrece claves para disfrutar de las fiestas de una manera más saludable y consciente, poniendo el foco en la moderación y el bienestar.
El verdadero espíritu navideño
Para Angulo, las fiestas navideñas han perdido en parte su sentido original, fomentando "la gula, el consumo de alcohol", lo que dispara las cifras de "sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes y alcoholismo". Critica que los supermercados estén "repletos de productos altamente adictivos y muy dañinos", donde se multiplican el consumo de "azúcares, harinas, grasas de mala calidad y aditivos químicos".

Comida de Navidad
Según el nutricionista, se ha olvidado el trasfondo de las celebraciones, que deberían basarse en "la moderación, el equilibrio y el buen hacer". En su lugar, asegura que se han convertido en unos "carnavales gastronómicos disfrazados de una falsa hipocresía", ya que se asocia cualquier celebración con comer y beber sin control. "Ya asociamos todo lo festivo a pasarnos 5 pueblos", lamenta.
Ya asociamos todo lo festivo a pasarnos 5 pueblos"
Nutricionista
La regla de oro: moverse más
La principal recomendación de Javier Angulo es clara: si se va a comer más, también hay que moverse más. "Si vas a meter mucha gasolina al coche, primero vacía el depósito, si no vas a desbordarlo", explica de forma gráfica. Aconseja aprovechar el tiempo libre de las vacaciones para realizar actividad física, jugar o pasear en familia, ya que esto ayuda a compensar los excesos y a utilizar los depósitos de glucosa, evitando daños metabólicos, hepáticos y neuronales.
El experto insiste en que la clave está en el equilibrio y en la moderación en todos los aspectos. Para él, juntarse con seres queridos no debería ser una excusa para los atracones. "No entiendo eso", afirma, y añade que si se celebra la Navidad desde una perspectiva religiosa, se debería seguir el ejemplo de Jesucristo, cuyo mensaje era de "moderación y pensar en los demás".
No todos los excesos son iguales
Angulo diferencia entre los tipos de excesos. Asegura que comer más cantidad de alimentos saludables como "cardo, espinacas, alcachofas, carne o pescado" no desajusta los ejes metabólicos. Sin embargo, el problema real reside en los dulces y el alcohol. Califica el alcohol como un "neurotóxico y hepatotóxico" que daña gravemente el organismo.

Comida de Navidad
Respecto a los dulces navideños, como turrones, mazapanes o guirlaches, advierte que "desajusta mucho el eje de la insulina" y daña el endotelio vascular. El nutricionista realiza una comparación muy gráfica para ilustrar el impacto del azúcar: el consumo diario durante estas fiestas puede equivaler a "5 geles de glucosa que toma un ciclista en una etapa". "Me tomo un turrón, 40 gramos de azúcar, eso es lo que tiene un gel que toma un ciclista cada 45 minutos", detalla.
Me tomo un turrón, 40 gramos de azúcar, eso es lo que tiene un gel que toma un ciclista cada 45 minutos"
Nutricionista
Este consumo descontrolado es especialmente peligroso en personas con una salud metabólica delicada, como alguien de 60 años con diabetes tipo 2, cuyo organismo sufre mucho más que el de un deportista de élite. Angulo subraya que el daño va más allá de ganar unos kilos: "No solo son 5 kilos, es cómo te quedas en las arterias, cómo son tus capilares, qué daño haces al corazón, cómo vas envejeciendo metabólicamente".
Finalmente, el nutricionista alerta sobre el engaño de las etiquetas de muchos productos. Pone como ejemplo un turrón con un "50 por 100 de almendras" o un chocolate del "60 por 100 de cacao". "A mí no me importa el 50 por 100 de almendras, me preocupa el otro 50 por 100", sentencia, refiriéndose a los azúcares, harinas y aditivos que completan la fórmula y que son los verdaderos responsables del daño a la salud.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.




