Grisel revive la Navidad con un Belén Viviente que crece en realismo y recupera oficios antiguos
La localidad zaragozana celebra la tercera edición de su tradicional representación con nuevos personajes como un cantero, un albañil y hasta un trufero

Tudela - Publicado el
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La localidad de Grisel celebra este domingo, 7 de diciembre, la tercera edición de su ya tradicional Belén Viviente. Desde las 11 de la mañana hasta las 2 del mediodía, el pueblo se transforma para acoger una representación que crece cada año en realismo y participantes. Organizado por la asociación cultural La Diezma con la colaboración del Ayuntamiento de Grisel, el evento se ha convertido en una cita ineludible que llena de ilusión y actividad al municipio.
Novedades y oficios recuperados
Este año, el Belén Viviente amplía su repertorio de personajes y escenas con nuevas incorporaciones. Según ha explicado Marisol Cacho, miembro de la organización, a los puestos habituales se suman "un albañil que lleva un mes haciendo adobes para levantar una tapia, un cantero con sus fósiles, un zapatero remendón" y un vendedor de miel. Desde la organización aseguran que "estamos superilusionados" porque, como afirman, "este año va a ser la bomba".
Este año va a ser la bomba"
El realismo también ha llegado a los personajes veteranos. Nacho Zavanza, que interpreta al carpintero, explica que su taller se ha ampliado hasta parecer "un supermercado" con más de 250 herramientas. Por su parte, Tano, que encarna a uno de los Reyes Magos, ha decidido dejarse barba natural este año. "La tengo ya desde el primer año que no pude tomar chocolate caliente por la postiza, y dije, 'y esto ya no me pasa más'", comenta.
Un pueblo volcado con la tradición
La experiencia del Belén Viviente no será solo visual, sino también gastronómica, ya que los asistentes podrán degustar migas y chocolate caliente. La concejal Reyes Pérez subraya la enorme implicación de los vecinos como clave del éxito. "Si todos tenemos esa colaboración y esa ilusión de hacerlo, cada vez va a salir mejor", asegura, y añade que "es que colaboramos todos".
Para la concejal, es "una gozada ver cómo nos movemos, cómo nos preocupamos de que cada uno tengamos que montar nuestro puesto y que quede todo un ambiente precioso alrededor del castillo". Al final del recorrido, los visitantes pueden dejar su opinión en un libro envejecido y recibir como obsequio una ramita de muérdago.
Es que colaboramos todos"
Una respuesta a la España desocupada
El Belén Viviente se ha consolidado como una herramienta fundamental para dar a conocer Grisel y mantenerlo vivo, una respuesta a la llamada España desocupada. Nacho Zavanza recuerda que el pueblo llegó a tener 600 habitantes y que, aunque muchos emigraron, iniciativas como esta demuestran que "el pueblo siga siendo un pueblo activo". El proyecto, que comenzó con 45 personas, no ha dejado de crecer, ya que "la gente lo ha cogido con muchas ganas".
Reyes Pérez describe Grisel como un pueblo con "un encanto especial", "acogedor" y "bonito". Además del Belén, la concejal invita a conocer sus otros atractivos turísticos, como el Pozo de los Aines, el mirador de la Diezma, la iglesia, el castillo y sus "vistas al Moncayo".
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